Lo creamos o no, señoras y señores, mañana es Nochevieja. Esto significa, aparte de lo evidente, que toca preparar otra cena para multitudes. Si preparar un menú de Nochebuena a gusto del primo vegetariano, la abuela que no come moderneces, la sobrina intolerante a la lactosa y el nieto que no come verde ya fue suficiente castigo para ti, te proponemos una cena de aperitivos simples y adaptados a casi todos los gustos. Tienen varias ventajas: muchos de ellos puedes prepararlos hoy y calentarlos mañana sin que pierdan calidad, unos cuantos de ellos requieren la ayuda del horno -por lo que si te organizas bien, podrás optimizar tiempo y gastos-, puedes añadir y quitar ingredientes, por ejemplo, para hacer que el plato sea vegetariano o vegano, y lo más importante, ninguno requiere de técnicas culinarias complejas ni ingredientes caros.
Frutos secos especiados y aceitunas aliñadas
Parece que cuando hablamos de cenas pica pica los frutos secos y las aceitunas no pueden faltar. ¿Qué tal si este año los sirves de una manera un poco diferente? Los frutos secos se pueden combinar con especias para tener un resultado medio dulce, medio picante. Para ello pon en una bandeja para horno 100 g de almendras, 100 g de avellanas, 100 g de anacardos, 100 g de cacahuetes y 50 g de semillas de calabaza con tres cucharadas de aceite de oliva suave, una o dos ramitas de tomillo deshojadas, una cucharadita de cayena en polvo, dos cucharadas de miel, sal y pimienta negra molida al gusto. Mezcla todo bien y procura que queden extendidos en una sola capa en la bandeja. Si es necesario, hazlo en tandas. Hornea a 170ºC durante 15 o 20 minutos o hasta que estén dorados, moviéndolos de vez en cuando.
Las aceitunas se pueden cambiar un poco marinándolas con diferentes ingredientes. Pon las aceitunas en un táper o recipiente hermético, cúbrelas con aceite de oliva virgen extra y añádele de forma generosa -recuerda que tienen que estar listas para mañana- alguna de estas combinaciones: piel de limón y tomillo, piel de naranja y romero, guindilla y ajo, o mojo picón. Si quieres ir un paso más allá, puedes optar por estas aceitunas marinadas con queso feta o por un clásico italiano que requiere mucha más elaboración pero da un gran resultado, las olive all’ascolana.
Mantequillas aromatizadas
Para acompañar un buen pan o unas tostaditas, las mantequillas aromatizadas siempre serán un caballo ganador. Ingredientes que puedes añadir a la mantequilla: cilantro y ralladura de lima, aceitunas negras y tomate seco, ajo asado -puedes asarlos en el horno a 180º C durante 25 min. envueltos en papel de aluminio, mientras estés preparando cualquier otra cosa-, pasta de miso, mostaza antigua o alga nori y sésamo, entre muchas otras posibilidades. Recuerda que, hagas la que hagas, lo importante es que la mantequilla esté a temperatura ambiente para poder trabajarla sin tener agujetas en el brazo al día siguiente.
Champiñones rellenos gratinados
El champiñón es una seta muy agradecida: es fácil de conseguir, de limpiar y de cocinar, y gusta a casi todo el mundo. Y además te sirve como cuenquito para rellenar, cualidad a la que sacaremos partido aquí. Para hacer unos rellenos y gratinados, limpia y quítale el pie a ocho champiñones portobello (pueden ser normales también) más o menos grandes. Reserva los pies, los utilizaremos después. En un bol mezcla 250 g de ricotta -déjala unos minutos escurriendo en un colador si tiene mucho suero- con 30 g de nueces o piñones picados, 50 g de tomates secos rehidratados picados, cebollino también picado, nuez moscada, sal y pimienta. Rellena los champiñones con la mezcla y ponles queso parmesano o pecorino rallado por encima. Hornéalos durante 10 minutos a 180ºC y otros 5 minutos más con el grill o hasta que estén dorados.
Más opciones: rellenos de calabaza y gorgonzola o al estilo thai. También puedes optar por una versión diferente, donde los champiñones se sirven crudos y a modo de macaron.
Albondiguitas
Reduciendo el tamaño de las albóndigas que haces el resto del año, puedes tener un bocado perfecto de aperitivo. Puedes hacer las clásicas de manera exprés, de pollo con salsa de nueces o vegetales, o aprovechar la festividad para hacer unas diferentes, como las que plantean en The German Cookbook: de ternera y anchoas con salsa de alcaparras. Para su elaboración, debes mezclar 500 g de carne de ternera con 60 g de pan blanco remojado en 100 ml de leche, cuatro filetes de anchoa, una cebolla picada, perejil, sal y pimienta. Forma las albóndigas y cocínalas en 750 ml de caldo de carne, una hoja de laurel y dos granos de pimienta durante 10 min. Retira y reserva el caldo colado. En una sartén prepara un roux con dos cucharadas de mantequilla y una de harina. Añade el caldo y mezcla hasta que emulsione. Lleva a ebullición y añade seis cucharadas de nata, una o dos cucharadas de zumo de limón, sal y pimienta negra recién molida. Baja el fuego, coloca las albóndigas en la salsa y añade tres cucharadas de alcaparras. Deja que se cocinen un par de minutos más y lo tendrás listo.
Tartaletas de queso y cebolla
Para hacer la versión más simple y rápida de estas tartaletas, puedes comprar la masa quebrada. Aunque hemos de decir que hacerla no requiere ser un maestro de las masas si sigues las instrucciones que se detallan aquí. Para el relleno: rehoga cuatro cebollas cortadas en juliana fina -si buscas un resultado más dulce utiliza cebolla roja o cebolla de Fuentes de Ebro- y un diente de ajo picado fino hasta que se ablanden. ¿Recuerdas los pedúnculos de los champiñones portobello? Es hora de añadirlos, troceados. Mezcla, añade perejil picado y salpimenta al gusto. Estira la masa con un rodillo y corta círculos del tamaño de los moldes que vayas a utilizar. Fórralos y rellénalos con la cebolla. Termina las tartaletas con un queso fuerte por encima: puedes utilizar desde parmesano o pecorino rallado hasta un queso de cabra desmigado. Hornea a 200º C durante 15 o 20 min. hasta que estén doradas.
Tartares
Lo mejor de los tartares es su versatilidad: se adaptan a filias y fobias diversas y, además, basta con dar en el clavo con el aliño para que quede espectacular. Puedes preparar el clásico steak tartar -con diferentes condimentos-, de salmón y aguacate, de remolacha y queso azul o, para una versión vegana, de remolacha y manzana verde ácida (recuerda obviar la salsa Worcestershire si vas a hacer el aliño clásico). Si vas a utilizar el tartar para rellenar conitos, tartaletas o unos viejunos y queridos “volovanes”, procura hacerlo poco antes de la cena para que la masa no se humedezca.
Untables
La única habilidad que requieren la mayoría de los untables es saber utilizar una batidora. Vamos, que es muy fácil prepararlos. Al igual que los tartares, admiten infinidad de variantes. Puedes hacerlo de guisantes, yogur y limón, de berenjena, anacardo y tomates secos, de ricotta con ensalada de tomate y aceitunas, o seguir las recetas del master Yotam Ottolenghi, de nivel un poquito más avanzado, y preparar untable de judías blancas con ‘muhammara’ o un picadillo de habas con ricotta al ajo asado.
Otra opción: recurrir al hummus tradicional (aquí tienes la receta) y “personalizarlo”. ¿Cómo? Añadiéndole diferentes verduras asadas, especias, hierbas o frutos secos. Para hacer un hummus con boniato, por ejemplo, pela y corta un boniato de unos 300 g -preferiblemente el de interior anaranjado-, ásalo a 200ºC durante 25 o 30 minutos hasta que esté blando, haz un puré, déjalo enfriar y añádelo al hummus de garbanzos. Termínalo con cacahuetes tostados picados, aceite de oliva virgen extra y una pizca de comino molido por encima.
Si no quieres abusar del pan, siempre será una buena opción recurrir a crudités o chips de verduras.
Bocado de mar y montaña
Qué bonito suena esto de ‘mar y montaña’, ¿verdad? Cierto es que el marisco y la carne de cerdo, por ejemplo, combinan muy bien. Imagina lo siguiente: una hoja de cogollo -bien limpia y seca- a modo de barquita, con un trozo de panceta de cerdo asada y marinada con chirimoya y especias, un langostino -jugoso, por favor- pelado, unas gotas de zumo de lima y, si te gusta el picante, una mayonesa mezclada con unas gotitas de sriracha -o cualquier otra salsa picante que tengas en la nevera- por encima. Pon los elementos por separado en la mesa y deja que tus invitados los combinen a su parecer. Si no te gustan los langostinos siempre puedes sustituirlos por otro marisco.
Puerros asados con olivada
Los puerros asados son jugosos y muy sabrosos, perfectos para servirlos solos o encima de un pan tostado a modo de bruschetta. Para asarlos sigue los pasos uno y dos de esta receta. Cuando estén listos ponlos en un plato o sobre tostadas y termínalos con un par de puntos de olivada, cebollino fresco picado y sal en escamas. En este mismo camino, Nancy Silverton presenta en su libro Sandwich Book unas bruschettas que se preparan así: unta una tostada de pan blanco con all i oli, coloca encima el puerro asado cortado longitudinalmente, un par de filetes de anchoa -previamente marinadas con aceite de oliva, piel de limón y perejil- y un huevo cocido durante siete minutos cortado en cuartos. ¡Tachán! Aperitivo delicioso en tu mesa.
Y de postre…
Lo más rápido y simple en estos casos es recurrir, como bien denominamos en El Comidista, al jetapostrismo. Para chocolateros: rocas de chocolate con crema de queso, vasitos exprés de crema de chocolate o bombones de chocolate, frutos secos y té matcha. Para esos seres extraños a los que no les gusta el chocolate: vasos de tarta de queso y mandarina o ‘eton mess’ de fresas, nata y merengue, que puedes preparar con frambuesas si no encuentras fresas. Si chapurreas un poco de inglés recomiendo que te deleites con la sección de ‘Postres sin cocción para Navidad’ de la BBC.
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