LeBron James es un hábil y picaresco burlador del tiempo, como si invirtiera el paso de la aguja del reloj, como si sus 38 años fueran de mentira, o más bien 28. Porque sus números anotadores advierten que rinde mejor ahora que con 28, que este es el mejor LeBron de siempre con sus 30 puntos por partido. Sólo supera esta campaña el curso 05-06 con 31,4 tantos, aunque, si se considera la relación minutos-puntos, jamás se había conocido un LeBron más devastador.
Así que, más que sumar años, ‘King’ suma cifras monumentales, acariciando récords grandiosos, como el de anotación de Kareem Abdul-Jabbar, y divisa otras plusmarcas. Sin olvidar que la expansión de su versatilidad como jugador ha alcanzado su culmen al desarrollarse la pasada temporada también como pívot, posición en la que igualmente se ha desempeñado esta campaña. Sin perder sus otras personalidades, como ese pulcro tiro que le permite ser tirador. O esa visión de juego y penetración de los mejores bases.
“Es el jugador más disciplinado que he visto en la NBA”
Pero la infinidad de LeBron no es casualidad. Regido por la ilusión de seguir elevando su lugar en la historia, por incluso ser ‘The GOAT’, por continuar ataviándose de anillos -ahora con cuatro-, el fenómeno de Akron vive por y para su cuerpo, en cuyo cuidado invierte tiempo y dinero, se dice que hasta 1,5 millones de dólares al año -apenas un 3,6% de su sueldo-, entre el completo gimnasio que tiene en casa, máquinas de recuperación y un ejército de profesionales a su servicio que incluyen entrenador personal, chefs, fisioterapeutas o masajistas. Una meticulosa rutina de preparación física, alimentación, descanso y recuperación post partido para desmentir el paso del tiempo. “Es el jugador más disciplinado que he visto en la NBA”, llegó a decir de él a ESPN Draymond Green. Si lo dice, Green, cuya sinceridad no tiene fronteras, por algo será.
Una meticulosa preparación física
LeBron, tan inteligente como afortunado -por la confianza que siempre ha mantenido en él-, cuenta con la ventaja de llevar toda su carrera con el mismo entrenador personal: Mike Mancias, gran aliado suyo desde que empezaran a trabajar juntos en 2003, el año que ‘King’ llegó a la NBA con los Cavs. Así que conoce perfectamente su cuerpo y sus necesidades, además de acompañarle a todas partes. La definición de LeBron define el éxito de su escrupulosa rutina de trabajo, perfectamente definido aun siendo un jugador de tamaño con los 113 kilos contenidos en sus 2,06 de estatura. Volumen sin rastro de grasa, la harmonía atlética idílica.
Y es que los partidos y los entrenos son del todo insuficientes para LeBron, que se levanta a las 5 de la mañana para empezar una rutina física para esculpir un cuerpo que ejercita de 5 a 7 días a la semana. Y tiene tiempo para trabajar todo: resistencia, core, fuerza y flexibilidad. Rutinas diferentes y diarias pero que no le deberían ocupar poco más de una hora diaria. El común denominador de esa rutina es un calentamiento con una VersaClimber -máquina de fitness que simula la escalada-, y unos mínimos 15 minutos finales de yoga para evitar posibles descompensaciones y estimular la flexibilidad.
“A estas alturas de su carrera intentamos no exceder la carga de trabajo, sobre todo en lo que se refiere al trabajo de fuerza en el gimnasio. Se trata de que tenga suficiente combustible para aguantar toda la temporada teniendo en cuenta que puede llegar a jugar casi 40 minutos cada noche”, explicó en una entrevista al portal Ladder su ‘personal trainer’, Mike Mancias. Ahora mismo, la estrella de los Lakers juega 36,5 minutos por choque.
En cuanto a grupos musculares, un día a la semana trabaja el pecho, el tríceps y el hombro, otro la espalda, el bíceps y el trapecio y un tercero las piernas, sin que haya dos días seguidos de trabajo muscular, pues estos tres días van combinados con otros tres en los que LeBron puede hacer pliometría o spinning y yoga. Con la pliometría trabaja la fuerza explosiva -tan importante en un deporte de esfuerzos cortos e intensos como el baloncesto-, y con el spinning la resistencia. Al ‘6’ sólo le queda el domingo como día de descanso. De su rutina claro, pues completo es si no tiene partido.
En el trabajo de los grupos musculares, LeBron no abusa de las mancuernas y también recurre a ejercicios con el propio cuerpo como flexiones, dominadas o sentadillas.
Una alimentación con ‘críticas’
Es riguroso LeBron con lo que come pero no inflexible, por lo que, aunque sana, no lleva una dieta extrema que le lleve a reprimir el deseo. Se puede decir que, aunque se ausentan de ella los fritos, los alimentos con azúcares añadidos y los refrescos, es la faceta en la que menos estricto es. No se priva de un vaso de vino casi a diario encomendándose a los beneficios de su consumo moderado ni de grandes cantidades, sobre todo en un calórico desayuno. Mancias reconoció que la primera comida del día de ‘King’ consta de “una tortilla de clara de huevo, dos tostadas francesas (similares a las torrijas), una salchicha de tocino de pavo y aguacate”. Si el carbohidrato principal no es la tostada francesa, entonces lo es la tostada de trigo o pancakes sin gluten.
Sin embargo, Tristan Thompson, compañero de LeBron en su segunda etapa en los Cavaliers, sembró dudas sobre los energéticos desayunos del Rey, definiendo su dieta como “la peor de la historia” en declaraciones a The Athletic. “Preguntadle qué come para desayunar. Se come unas cinco tostadas francesas con sirope, frambuesas y plátanos, luego una tortilla de cuatro huevos y luego es capaz de hacer mates por encima de cualquiera. No tiene sentido”, dijo Thompson.
“Toma postre en cada comida. Luego saldrá hablando de sus dietas, pero lo cierto es que come de una forma que no tiene sentido. Es realmente único en su especie”, reveló el ex compañero de LeBron, que intentó emular la dieta sin éxito. “Empecé a ganar peso y pensé ‘que le den’. Pero bueno, a él le funciona. Le encanta el dulce, pero es impresionante cómo su cuerpo es capaz de quemarlo todo”, relató, sorprendido, Thompson.
LeBron James, según reveló su entrenador personal, come unas cinco veces al día, combinando las tres comidas principales con dos refrigerios que consisten en fruta y nueces. La comida y la cena no tienen mucho secreto con respecto a lo que suelen ingerir los deportistas: pasta integral, ensalada, pollo a la parrilla y fruta para comer y una carne magra o pescado con verduras y/o ensalada para cenar. En los días de partido, LeBron ingiere frutas y un batido de proteínas antes del encuentro, rodajas de manzana con mantequilla de almendras al descanso y un batido de carbohidratos justo al terminar, según CBS Sports y la revista Mens Health.
“A LeBron le encantan los dulces, come de una forma que no tiene sentido”
Según lo que se sabe y lo que han contado tanto el propio jugador como el entrenador, se entiende que el ‘6’ se abstiene de comer carbohidratos para cenar -se entiende que incluso también en los días de partido-. La carga fuerte de energía llega en la comida y, sobre todo, en el desayuno.
La dieta del astro de Akron ha ido evolucionando a lo largo de su carrera, pues ha eliminado por completo la carne roja y de cerdo y un complemento importante que ha añadido es una proteína en polvo que se toma después de cada partido o entreno que nació de Ladder, una marca de suplementos que ‘The King’ puso en marcha junto a Arnold Schwarzenegger, Lindsey Vonn y Cindy Crowford. La idea de crear este producto surgió de Mancias con el fin de prevenir los calambres en los finales de los partidos que sufrió el ‘6’ en las finales de 2014 que sus Heat perdieron ante los Spurs.
Por otro lado, en verano de 2014 causó gran repercusión un cambio en la dieta para bajar peso y por la que LeBron anuló el consumo de carbohidratos, una opción que acabó siendo desechada como explicó Mancias al portal GQ. “Comenzó como una especie de desafío entre sus amigos; creo que Ray Allen, uno de sus compañeros de equipo en Miami, también lo estaba haciendo con él. Fue un experimento de 30 días, pero terminó haciéndolo durante dos meses porque se veía muy delgado. Pero aproximadamente un mes antes de que comenzara la temporada, comenzamos a comer regularmente nuevamente”, dijo el ‘personal trainer’ de LeBron.
En play-offs, el alero,, que en su día libre su puede comer una galleta con chispas de chocolate o una pizza, reduce el consumo de azúcares para favorecer la recuperación muscular y aumenta el de carbohidratos al derrochar más energía con la mayor frecuencia y exigencia de los partidos.
LeBron duerme la mitad del día
Lo que no admite la más mínima desviación en la rutina de LeBron James es el sueño. Y la compensación del tiempo en el que descansa con respecto al que está activa la estrella de los Lakers no puede ser más literal: está en pie 12 horas y las otras 12 duerme. Desde el principio de su carrera, las siestas han sido sagradas para ‘The King’, que puede dormir por la noche unas 9 horas y hacer siestas de dos horas y media o tres.
LeBron, además, sigue un riguroso ritual antes de dormir: deja de usar dispositivos con pantallas entre 30 y 45 minutos antes de cerrar los ojos y coge el sueño con la aplicación ‘Calm’ que reproduce sonidos de la naturaleza. En su caso, le encanta el ruido de la lluvia caer encima de las hojas. Relacionado con la relajación, LeBron también practica la meditación a diario. Se le ha visto incluso hacerlo en los descansos de los partidos.
La recuperación post partido
Además de la preparación física, la alimentación y el descanso, LeBron es un verdadero obseso de todo método que acelere su recuperación después de los partidos. En los 30 minutos posteriores a la finalización del encuentro, a parte de lo que pueda ingerir y el masaje, la rutina de someter a su cuerpo a temperaturas bajo cero para estimular la recuperación muscular es ineludible, sea con un baño de hielo o, si es posible, en una cámara criogénica.
Y ahí no termina el ritual de recuperación. Pues tiene en casa una cámara hiperbárica, mediante la cual recibe una mayor proporción de oxígeno, con lo que reduce la inflamación muscular y mejora la circulación de la sangre, lo que acelera la recuperación del cuerpo, una opción muy eficaz cuando hay poco tiempo entre partidos.
Hasta en un vuelo LeBron convive con alguna máquina de recuperación como lo puede ser la de electroestimulación. Otro método de recuperación que utiliza es el calzado de compresión. Como dijo Mike Mancias en una entrevista con Tim Ferriss en el podcast ‘The Tim Ferriss Show’, la recuperación no entiende de pausas.
“La recuperación nunca se detiene. Juegue 28 minutos o 48 la recuperación es el foco número 1, ya sea en nutrición, hidratación, ejercicios de flexibilidad…Es un proceso interminable en realidad y el que tenemos que seguir para tener éxito y longevidad”, dijo el entrenador personal de un LeBron que no deja nada al azar en su rutina monacal. Sufrir por el placer de seguir compitiendo, de seguir batiendo récords, de ser el mejor de todos los tiempos.