El sector editorial se come los libros con el cierre de librerías

Casa del Libro de Paseo de Gràcia, de Barcelona, dos días antes del cierre obligatorio de librerías de más de 400 metros cuadrados.
Casa del Libro de Paseo de Gràcia, de Barcelona, dos días antes del cierre obligatorio de librerías de más de 400 metros cuadrados.MASSIMILIANO MINOCRI / EL PAÍS

El próximo fin de semana será el quinto consecutivo que la Generalitat obliga a cerrar a todas las librerías de Cataluña por el confinamiento sanitario por el coronavirus. Peor aún para las de más de 400 metros cuadrados que, desde el 9 de enero, deben tener la persiana bajada cada día sin margen alguno, aunque el Govern declarara el pasado 22 de septiembre la cultura como “bien esencial”. Los primeros cálculos extraoficiales cifran ya que las ventas de libros en Cataluña de enero podrían haber caído a la mitad en relación con las del mismo mes del año pasado. El sector editorial, pues, se está comiendo sus libros. Y la metáfora se hará realidad el próximo sábado, con un acto de protesta en Barcelona donde los máximos representantes del sector en pleno se tragarán, literalmente, unos ejemplares… de papel y tinta comestible.

“El Govern nos estrangula poco a poco y en silencio porque con tantas medidas erráticas, mentidas y agravios comparativos, nos cuesta reaccionar como sector”, se asegura en el manifiesto que se leerá en el acto reivindicativo, que tendrá lugar en la Fábrica Lehmann de Barcelona (17 horas), convocado por la Cámara del Libro de Cataluña que preside Patrici Tixis. Está previsto que le acompañe toda la plana mayor del mundo del libro: la presidenta del Gremio de Libreros, Carme Ferrer; el de los Distribuidores, Martí Romaní; el de Industrias Gráficas, Joan Nogué; el de Editors.cat (los editores en lengua catalana), Joan Sala, y el de la entidad de gestión de derechos CEDRO, Daniel Fernández.

Dulce y sin gluten

La iniciativa partió de Sala, fundador del sello Comanegra, en cuya sede tendrá lugar el acto. El editor encargó al escritor Màrius Serra un texto, que éste ha convertido en un cuento breve, Bibliofàgia. Un relat essencial. Éste es el que se ha impreso en lo que se llama pan de arroz, pero que en realidad está elaborado a partir de la patata. Impreso en una industria de Málaga, se ha realizado una tirada de un centenar de ejemplares, que pueden adquirirse a 20 euros. Dulces y sin gluten, son los que serán deglutidos en la protesta.

Para los organizadores, las decisiones del Govern son “una condena a un gran colectivo profesional y un gesto de menosprecio definitivo a la lectura”, según recogerá el Manifest essencial, donde se remarca también que “la mejor campaña de fomento de la lectura es tener las librerías abiertas”. En un tono más duro, se denuncia: “Ya basta de aguantar que el dinero se gestione desde el cálculo de hacer callar a la gente. queremos proyectos de país con proyectos de cultura definidos”.


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