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El sector forestal y la celulosa, un valor para impulsar el mundo rural



Es posible que la emergencia provocada por el coronavirus lo haya exacerbado, pero el grito de alarma que viene del mundo rural no es nuevo. Desde antes de la pandemia este venía reclamando un lugar en la nueva economía al menos equiparable al de los entornos urbanos, en lo que a derechos y oportunidades se refiere. En este contexto, Ence, compañía líder en gestión integral de superficies y cultivos forestales en España, contribuye con su actividad al desarrollo de lo rural y a la lucha contra la despoblación.
La constatación que fundamenta la visión de la firma es sencilla. Por un lado, las ciudades no podrían vivir sin el mundo rural, ya que es en este donde se producen los alimentos, la energía y los demás recursos que consumen. Por el otro, si los servicios básicos de sanidad, educación y transporte no tienen la cobertura adecuada en el campo y el monte, sus habitantes emigran y los abandonan. Es lo que se suele llamar la España vaciada.
El aprovechamiento de la naturaleza de forma equilibrada, respetuosa y en armonía con esta, sin embargo, constituye una de las mejores salidas para lo rural, por no hablar de todas las nuevas oportunidades de empleo y desarrollo económico que se puedan plantear. Una alimentación de proximidad, de calidad y saludable se abre camino de forma clara; unos entornos de disfrute, turismo y aprendizaje lo hacen de igual manera.
La utilización de la biomasa proveniente de los desechos de la agricultura, la gestión y la limpieza forestales, y los cultivos sostenibles, es una de las nuevas maneras de lograr energía limpia y sostenible, junto a la solar, la eólica y la hidráulica que también se producen en el entorno rural mayoritariamente. “Todas ellas son una alternativa para avanzar hacia una recuperación verde tras las crisis sanitaria y económica, apostando por el valor y el rescate de todos los territorios”, aseguran desde Ence.

Las dos plantas de Ence en Asturias y Galicia, que se nutren de las forestas del noroeste, generan 11.500 empleos

La conservación de la actividad forestal existente en esas áreas rurales y su fomento en el marco de la bioeconomía generan empleo estable en un entorno afectado, en las últimas décadas, por una constante despoblación. De esta forma, la economía relacionada con el sector forestal resulta fundamental para el desarrollo rural en muchos territorios que cuentan con escasas oportunidades, así como su industria de transformación.
Su volumen de facturación final puede estimarse en unos 20.000 millones de euros, lo que implica en torno a 130.000 empleos en la industria de primera y segunda transformación, y más de 80.000 puestos de trabajo en actividades en el propio monte. Todo ello repercute en la economía de cientos de miles de propietarios forestales, que reciben rentas del aprovechamiento de las masas forestales, y, de manera directa, en todo el territorio.
Dentro de la cadena de valor del sector forestal se encuentra Ence, referencia en la producción de celulosa sostenible y de energía eléctrica renovable con biomasa. A través del suministro de madera a sus biofábricas de celulosa de Pontevedra y Navia (Asturias), la compañía aporta actividad al sector forestal y logístico, contribuye al empleo en el medio rural y fomenta la permanencia de la población en los entornos en los que opera. Solo en estas dos plantas, que se nutren en exclusiva de las masas forestales del noroeste de España, Ence genera 11.500 empleos, entre directos, indirectos e inducidos.
El papel tractor para el medio rural de la producción de celulosa –material biodegradable, de origen natural y renovable– se puede comprobar también al observar la actividad de la biofábrica de Ence en Pontevedra.

Las ventas de eucalipto para la producción de celulosa en Galicia asciende a 180 millones de euros

En Galicia, las ventas de madera de eucalipto para este propósito constituyen las principales fuentes de ingresos de la población rural. Cada año, unos 80.000 de los más de 600.000 propietarios forestales facturan cerca de 300 millones de euros por las ventas de su madera, de los cuales más de 180 millones corresponden al eucalipto.
En esta comunidad autónoma existen más de 1.800 empresas que trabajan con este tipo de árbol y forman parte de una industria que factura más de 2.300 millones de euros. Los puestos de trabajo directos que crea la cadena de valor de la madera en Galicia –uno de los principales motores económicos de la región– superan los 21.000.
“Este tipo de empleo es importante no solo desde el punto de vista cuantitativo, sino también cualitativo, al estar radicado en gran medida en comarcas donde supone una de las pocas actividades industriales”, subrayan desde Ence.
La compañía, cuyas biofábricas han recibido muchos reconocimientos internacionales por su respeto del medioambiente, es considerada un ejemplo de cómo la gestión forestal sostenible ayuda a luchar contra la despoblación y a crear riqueza y empleo.
Esta, además, es una herramienta fundamental tanto para poner en el mercado productos naturales renovables y reciclables, respetuosos con el medioambiente y con un sinfín de aplicaciones, como para contribuir a mitigar el cambio climático, mediante la fijación del óxido de carbono a través de la vegetación.


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