Con las elecciones a la presidencia del Athletic en marcha, Lezama se convertirá en un tema recurrente durante la campaña. Una especie de muñeco de pim pam pum. Siempre ha sido así y no parece que las cosas vayan a cambiar en estos comicios.
Vaya por delante que mucha gente habla por hablar cuando se refiere al trabajo que se desarrolla en la cantera del Athletic. Los tópicos imperan y la sensación de que las cosas se hacen mal se impone esté quien esté al frente. Lo cierto es que el club rojiblanco puede seguir presumiendo de haber estado siempre en Primera con muchos jugadores de la propia casa.
En otros sitios, a buen seguro, se trabaja igual o mejor, pero sus primeros equipos más de una vez han descendido pese a haberse reforzado con futbolistas de todo el mundo a nivel de elite y de categorías inferiores. Que se pueden hacer las cosas mejor en Lezama, seguro que sí, como en cualquier otro ámbito del deporte o de la vida misma. Y también peor, claro está.
La labor de Alkorta, como actual responsable de la fábrica, ahí queda. Como antes quedaron la de Amorrortu, Larrazabal, Noriega, Aranguren, Gainza… Las formas pueden variar de unas etapas a otras, el fondo no. En Lezama, digan lo que digan, siempre ha habido, hay y habrá buenos profesionales.