Acabado un postderbi tan largo como dulce, el Sevilla vuelve a la competición tras el parón liguero con una visita al Valladolid, un rival del que su entrenador, Julen Lopetegui, ha recordado que no ha perdido en su estadio. El equipo andaluz, cuarto en la tabla, se ha recuperado de las dudas que levantó y vive un momento dulce dos semanas después de adjudicarse el derbi sevillano en el estadio del eterno rival.
El técnico vasco no deja de insistir en que lo que pasó ante el Betis “es ya prehistoria”, pero lo cierto es que en una ciudad como Sevilla tiene su importancia, y más en dos semanas completas sin fútbol.
Ahora, los andaluces necesitan seguir sumando para asentarse en la zona Champions e incluso esperar el fallo de los grandes, ya que el equipo de Lopetegui tiene el liderato muy cerca.
El virus FIFA devolvió a Lucas Ocampos, su jugador más en forma, con unas molestias que incluso lo trajeron de vuelta a España antes de tiempo, pero todo parece rodearse para que pueda seguir formando junto a Jesús Navas posiblemente la banda derecha más en forma de la Liga.
El Sevilla comienza a dejar señales de que va en serio. El modelo Loptegui se está asentando y cuenta con el plus de una plantilla muy bien conformada por Monchi. La idea es dar guerra y, como el gaditano ha dicho esta misma semana, no hay que descartar que cualquier año pueda dar la campanada y gane una Liga. “No tiene por qué ser una utopía”, se ha atrevido a decir Monchi.
Para empezar, el Sevilla lo que tiene que hacer es demostrar que puede ser un candidato a todo en campos como el José Zorrilla, donde sólo ha ganado una vez en los últimos diez años.
Con toda la plantilla disponible, la duda es por quién apostará Lopetegui en la delantera después de que De Jong disipara las dudas que había levantado con el gol del triunfo ante el Betis (1-2). Casi nada.
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