El Sevilla agranda su leyenda y peleará por la Séptima

El Sevilla agranda su leyenda. El Sánchez Pizjuán enloqueció y el milagro Mendilibar rizó el rizo metiendo a un equipo que estaba muerto en otra final de la Europa League. Remontando, sufriendo y soñando. La Juventus hincó la rodilla después de un partido precioso en el que Suso y Lamela le dieron la vuelta al marcador, que se puso muy feo para los andaluces con el gol de Vlahovic. La Séptima está más cerca para el rey de la competición, que se verá las caras con la Roma en Budapest.

En un ambiente de gala en un Sánchez Pizjuán hasta la bandera, el duelo tuvo mucho ritmo desde el principio. Los dos equipos, cada uno en su estilo, salieron decididos a resolver por la vía rápida y regalaron un primer tiempo con ocasiones en las dos áreas, espectaculares intervenciones de los porteros y dos jugadas polémicas en el área de la Juve que no acabaron en penalti, unas manos de Fagioli y una entrada de Cuadrado sobre Óliver Torres rozando el descanso.

Mendilibar mandó a su equipo a colgar balones al área en busca de En-Nesyri, pero el conjunto italiano, experto en defender por acumulación, supo repeler cada intento y salir con peligro en busca de la velocidad de Kean, que dejó a Vlahovic en el banquillo y fue el acompañante de Di María arriba. Y la Juve fue el que avisó primero en un remate de Gatti que hizo lucirse a Bono en un saque de esquina. Szczesny, artífice de que el Sevilla no se fuera al descanso ganando, respondió con otro paradón a un cabezazo de Ocampos.

Galería

El partido crecía en ritmo y los de Allegri aprovechaban los espacios. Di María tuvo un mano a mano claro con Bono y la picó alta antes del turno de Szczesny, salvador ante un zapatazo de Acuña a la escuadra.

La afición sevillista, con los nervios a flor de piel, disfrutaba de un partido vibrante y con mucha intensidad. Llegó el primer posible penalti, por manos de Fagioli, cuando la Juve tendría su mejor ocasión con un balón al palo de Kean.

Los pulsos se aceleraban y el meta polaco de los turineses se crecía. Óliver y Ocampos se toparon otra vez con las manoplas de Szczesny y en el intercambio de golpe a la Juve se le anulaba un gol de Rabiot por fuera de juego de Locatelli.

Todo iba abocado al 0-0 en el descanso cuando llegó la jugada más polémica, una entrada de Cuadrado a Óliver sobre la raya del área. El VAR lo revisó y nada. Música de viento para el neerlandés Makkelie.

El ritmo trepidante no descendió en la segunda parte, sino que más bien la emoción subió enteros cuando llegaron los goles. La Juventus parecía soltarse más. Bremer tuvo el 0-1, pero quien no perdonó fue Vlahovic al minuto de que Allegri lo pusiera en el campo. Aprovechó un fallo de Gudelj y Badé para superar a Bono.

Ver más

Pintaba mal porque la Juve es la Juve y se intuía el ‘catenaccio’, pero Mendilibar apeló a la imaginación de Suso y el gaditano, de un latigazo, encendió el Sánchez Pizjuán. Otra vez las tablas y otra vez dos equipo yendo de verdad. Tuvo En-Nesyri en un cabezazo el triunfo pero apareció el de siempre, Szczesny. La prórroga era irremediable.

Ver más

Y ahí fue donde echó el resto el equipo de Mendilibar. Y Lamela fue el héroe tocado por los dioses. Un centro de Bryan Gil, una centella constante en el partido, lo remató el argentino haciendo estallar Nervión. El Sevilla iba a aguantar en la segunda parte, y hasta los últimos cinco minutos con diez por la expulsión de Acuña.

Este equipo nunca se rinde y lo demostró. En su peor temporada de este siglo, final europea.