El Sevilla vive otro de esos días grandes en su historia. Una oportunidad de oro, una posibilidad impensable en la peor temporada en los últimos 23 años. La figura de José Luis Mendilibar le ha cambiado la cara a la entidad y tiene a la afición loca, como aquel jueves de Feria en el que un gol de Puerta ante el Schalke 04 provocó la locura máxima. Era la primera final europea, la de Eindhoven, la que dio lugar a dos títulos consecutivos de la Copa de la UEFA y, años después, otros tres ya con su actual nomenclatura: la Europa League.
La Juventus visita el Sánchez Pizjuán y el equipo italiano es el último escollo para los andaluces para entrar en la final de Budapest el próximo miércoles 31 de mayo. En el Puskas Arena de la capital húngara podrían los blancos disputar su séptimo título y ampliar una insultante hegemonía que lo convierte en uno de los clubes más respetados de Europa.
El 1-1 obtenido en el Juventus Stadium y el juego desplegado en Turín es un aval ante una afición que va a llenar el estadio y que lo convertirá en un infierno de color rojo, igual que lo fue de blanco en la eliminatoria anterior frente al Manchester United, que sucumbió con estrépito por 3-0 ante la presión y la fe ciega de los muchachos de Mendilibar.
Ese 1-1 en Italia tuvo el sabor agridulce del tanto de Gatti encajado al final, fuera del tiempo marcado como prolongación, pero que subió al marcador. Por eso el respeto a un coloso como la ‘Vecchia Signora’ es máximo. Un equipo italiano es un equipo italiano, y la Juve es la Juve.
Mendilibar, que ha avisado del peligro de dejarse llevar por la euforia de la grada, ha mimado a Ocampos, jugador clave en la ida, en la que se retiró para no seguir forzando. También ha recuperado a Suso, una pieza que puede ser la piedra angular por su imaginación para abrir a la defensa italiana si los de Massimiliano Allegri ponen en candado. No puede contar con Joan Jordán, Marcao, Nianzou, Pape Gueye y Tecatito Corona, estos dos por no estar inscritos en la competición europea.
Mendilibar reservó en la Liga a gran parte de su equipo titular y aun así ante el Valladolid los suplentes ganaron por 0-3 para aprovechar la inercia positiva y soñar incluso con una segunda vía para llegar a Europa. La primera está clara: ganar la Séptima lo colocaría directamente en Champions.
En el equipo italiano, que también trata de salvar una temporada que ha sido relanzada con los 15 puntos que le han devuelto en la Liga para alzarse a la segunda plaza, son baja tres hombres importantes: Pogba, Bonucci y De Sciglio. Pero el elenco de estrellas es capaz de estremecer a cualquiera. Di Maria y Vlahovic serán las puntas de lanza. Y por detrás una constelación: Rabiot, Kostic, Leandro Paredes, Bremer, el meta Szceszny, Cuadrado, Chiesa, Milik…
El Sevilla está ante otra oportunidad histórica, a la que ha llegado de la mano del entrenador que nadie esperaba y que ha obrado el milagro. A quien ya en la capital andaluza llaman San Mendilibar.