El Sevilla se trajo de Londres un buen punto, producto de un excelente trabajo defensivo y táctico, con el que maniató a un Chelsea de buenas maneras, pero en evidente periodo de construcción. El plan le salió casi a la perfección a Lopetegui, que preparó a conciencia un partido que resultó muy igualado. Incluso en el tramo final ambos equipos decidieron firmar una especie de tregua. El empate entre los dos favoritos del grupo E es, al fin y al cabo, un resultado aceptable para ambos en su propósito de pasar a la siguiente fase. Al Sevilla, mucho más hecho, le faltó mordiente. No es un equipo que disponga de un gran arsenal, con su delantero, De Jong, condenado a tareas defensivas. Mucha más pegada tiene el Chelsea, pero ahí radicó el mérito del Sevilla, en dejar prácticamente en nada a un rival plagado de fichajes millonarios que, caso de Werner o Havertz, fueron figuras testimoniales ante jugadores con tanto oficio como Fernando, Diego Carlos, Navas, Gudelj, o incluso un Acuña que mostró muy buenas maneras en el lateral izquierdo. Para más festejo de este buen punto, el Sevilla no echó de menos a Koundé, en convalecencia por su positivo por coronavirus.
El Sevilla afrontó con mucho aplomo su estreno en la Champions. Las sensaciones que desprendió el equipo andaluz son las propias de un equipo hecho, capaz de plantarse en un estadio como el del Chelsea con absolutas garantías de competitividad. Estos galones que se ha ganado el Sevilla no corresponden, sin embargo, a un equipo con una pegada monumental. Más bien hablan de la obra compacta que Lopetegui ha ejecutado.
El Sevilla es un equipo construido y competitivo. Eso sí, le faltó colmillo para asestar golpes contundentes a un Chelsea de buena pinta del centro del campo en adelante, con problemas en defensa y un aire frío a la hora de ejecutar el juego. Un proyecto construido a base de una ingente cantidad de millones al que Lampard no acaba de cogerle el aire. Realmente, el Sevilla apenas pasó por apuros en un primer tiempo bien jugado por los andaluces, que llevaron el control del juego.
El Sevilla tuvo la posesión del balón y se defendió con solvencia, tocando el balón a veces con una gran exquisitez. El Chelsea fue durante muchos minutos un espectador del toque del equipo de Lopetegui, reforzado en su centro del campo con la entrada de Gudelj por Jordán. El Chelsea apenas inquietó, sin capacidad para desbordar y con Jorginho limitado por una tarjeta amarilla producto de un claro agarrón a Ocampos. Werner tuvo solo una ocasión para disparar entre los tres palos de Bono mientras el Sevilla asentaba su dominio en el oficio de futbolistas como Fernando, Rakitic o Navas, impecables en la presión a los ingleses.
El problema que tuvo el Sevilla llegó en su incapacidad para plasmar en ocasiones su claro dominio del juego. Gudelj remató una falta botada por Suso y Mendy, titular por Kepa, sacó como pudo el balón tras intervención de Zouma, que remató sobre su portería. Los intentos de Ocampos, que busca su mejor versión, solo fructificaron en un buen remate del argentino al filo del descanso. Mendy volvió a parar. El Sevilla, superior en muchas facetas, no era capaz de golpear al Chelsea, incluso tímido ante el dominio andaluz, demasiado horizontal y poco efectivo.
Ocasión de Jordán
El Chelsea salió con una marcha más en la segunda mitad. Adelantó líneas e intentó meter al Sevilla en su área. La respuesta del Sevilla fue efectiva, asentado en un Fernando muy sólido ahora de central por la lesión de Sergi Gómez. Pero tuvo mucho mérito el Sevilla, que contuvo todos los intentos de un Chelsea desangelado, demasiado agobiado por la presión asfixiante del equipo andaluz. El Sevilla solo tuvo una ocasión en el segundo acto. Fue en una estudiada acción de estrategia, con un saque de esquina muy bien ejecutado por Rakitic al borde del área. Emergió Jordán con un enorme disparo de volea que estuvo a punto de entrar en la meta del Chelsea.
Se trató de la gran ocasión del Sevilla, prácticamente la única. El plan le salió casi a la perfección a los de Lopetegui, impecables en el manejo del encuentro, aunque faltos de mordiente. No obstante, no está nada mal el punto en el partido que se supone más complicado de un grupo E en el que también empataron el Rennes y el Krasnodar en el otro partido disputado en suelo francés (1-1).