El Sevilla paga caro su exceso de confianza ante el Eibar

Lopetegui apostó por hacer pocos cambios respecto a los que cayeron frente al Real
Madrid, ‘cargándose’ al discutido De Jong y apostando por tener más control con un centrocampista más. La apuesta del técnico guipuzcoano salió bien y el Sevilla empezó dominando en el partido y adelantándose antes del primer cuarto de hora.

Un error defensivo del Eibar permitió a Ocampos plantarse solo ante Dmitrovic y, con todo el tiempo del mundo, marcar el primer gol del partido.

Sin tiempo para respirar, Munir casi hace el segundo en la siguiente jugada tras una mala salida de Dmitrovic, pero Oliveira terminó impidiendo que el remate del sevillista entrara en la portería.

El Eibar sufría y no encontraba grietas ante la telaraña defensiva que planteaban los de Lopetegui, que salían a la contra con peligro. Munir volvió a rozar el gol rematando un centro de Jesús Navas, pero el travesaño repelió el cuero para salvar un Eibar desorientado.

De hecho, tan mal lo vio Mendilibar que antes del descanso ya había hecho el primer cambio. En el 32’ se decidió por reforzar la medular retirando a Inui y dando entrada a Escalante, sin embargo el cambio no tuvo tiempo de surgir efecto, ya que el Sevilla golpeó de nuevo con otra fugaz jugada de ataque que terminó con el remate franco de Óliver
Torres tras un pase de la muerte preciso de un gran Ocampos.

En el segundo tiempo el Eibar dio un paso adelante y fue un equipo mucho más reconocible. El Sevilla se relajó en exceso y dejó jugar a los de Mendilibar, que tacita a tacita fueron creciendo en el encuentro hasta llegar a poner en aprietos a los de Lopetegui.

Koundé, que había sustituido al lesionado Carriço, cometió un pueril penalti sobre Orellana, quien recortó distancias para confirmar la mejoría del Eibar.

De dominar en el primer tiempo, el Sevilla pasó a sufrir en el tramo final de partido. Lopetegui intentó por todos los medios hacer reaccionar a sus futbolistas, impotentes ante el resucitado Eibar.

Un mal entendido entre Vaclik y Diego
Carlos propició el gol del empate de Pedro León, a quien le cayó el balón en los pies y no falló a portería vacía.

Ipurua estalló de júbilo y creyó en la remontada de su equipo, que no defraudó a sus aficionados y dio la vuelta al marcador con una magistral lanzamiento de falta de Cote que superó a Vaclik.

Lopetegui no se lo podía creer y juraba en arameo desde la banda al ver como volaba un triunfo que acariciaba en el descanso. El triunfo del Eibar fue el de un equipo que nunca tiró la toalla y siempre creyó en sí mismo freten un Sevilla que encadena su segunda derrota consecutiva.