El Sevilla, que tuvo un estreno descorazonador en Champions que acabó con mucha tensión en la grada y la afición pidiendo a gritos la dimisión de José Castro, ya había recibido un 0-4 en la máxima competición continental. El Manchester City, con un nuevo paso triunfal de Haaland por Nervión, agudizó la crisis que ya vivía el equipo de Julen Lopetegui y que puede llevarse por delante al entrenador de Asteasu.
Fue también ante un equipo inglés, el Chelsea, cuando el Sánchez Pizjuán sucumbió a la superioridad física y técnica de los ingleses. Fue en diciembre de 2020, en la quinta jornada de la fase de grupos, cuando el equipo de Lopetegui caía duramente castigado por el cuadro entonces dirigido por Frank Lampard. El que sufría la voracidad de Giroud, autor de los cuatro tantos, era un debutante, el joven Alfonso Pastor, que tenía que suplir en el último momento la lesión del checo Tomas Vaclik en el calentamiento, mientras Bono, entonces suplente de éste, no estaba apto al haber dado positivo en Covid-19.
El joven meta cordobés, cedido este verano al Castellón, vivió una noche que no olvidará, ya que el choque, que además era el partido número 100 del Sevilla en competición europea, servía para su debut en el primer equipo, un estreno que resultó siendo el que ningún portero desea.
Como ante el City de Guardiola, el Sevilla encajó el primer gol muy pronto, a los ocho minutos, y los otros tres tras el descanso. El Sevilla, que en Stamford Bridge había arrancado un digno empate (0-0), se clasificó como segundo de grupo y cayó en octavos de final ante el Borussia Dortmund, una eliminatoria en la que Haaland, como este martes, fue decisivo.