El presidente del Eintracht de Fráncfort, campeón de la Europa League al vencer en el Sánchez Pizjuán al Glasgow Rangers en la tanda de penaltis este miércoles, ha enfadado al sevillismo con un comentario despectivo sobre el estadio que albergó la final, un recinto catalogado por la UEFA como estadio 4 estrellas.
Peter Fischer se dirigió a sus aficionados en el Prado de San Sebastián antes de la final, en una arenga bajo los efluvios de la cerveza y las altas temperaturas que reinaban en Sevilla. “200.000 hinchas querían estar hoy aquí. Pero 190.000 están tristes porque jugamos en este estadio de Mickey Mouse”, dijo el dirigente alemán.
El comentario enfadó en gran medida a la afición del Sevilla, que así lo hizo saber en numerosos mensajes en las redes sociales.
Sólo unos 10.000 hinchas de cada uno de los finalistas pudieron estar presentes en la final, ya que el estadio nervionense tiene una capacidad de 44.000 espectadores y la UEFA se apropió de más de 20.000 localidades para sus compromisos y patrocinadores.
Sin embargo, el propio estadio del Eintracht apenas tiene capacidad para 4.000 aficionados más, 48.000, que en la Bundesliga son algunos más (no más 3.000) al permitir estar de pie.
En cualquier caso, ningún estadio del mundo tiene capacidad para albergar a la cantidad de hinchas del Eintracht y del Rangers que han viajado a Sevilla, muchos de ellos sin entrada y que protagonizaron diversos incidentes y peleas. Una numerosa afición con capacidad económica para grandes desplazamientos, como demostró en la eliminatoria ante el Barcelona ha propiciado esta situación.
El propio Sevilla ha jugado y ganado finales de la Europa League en estadios más pequeños que el suyo, como el Philips Stadion (35.000) epectadores), el Juventus Stadium (41:000), el St. Jakob Park (37.500).