El socialdemócrata Stefan Löfven dimite como primer ministro de Suecia


El primer ministro socialdemócrata sueco, Stefan Löfven, presentó este miércoles su dimisión, que ya había anunciado el pasado agosto, después de siete años en el cargo y tras haber abandonado ya la presidencia del partido. La actual ministra de Finanzas, Magdalena Andersson, se perfila como su sucesora al frente de un nuevo Gobierno rojiverde en minoría, al ser elegida la semana pasada líder del Partido Socialdemócrata en lugar de Löfven.

Andersson, que podría convertirse en la primera mujer jefa de gobierno en Suecia, deberá someterse a una votación parlamentaria aún sin fecha y para la que necesita asegurarse al menos la abstención de los centristas y del Partido de Izquierda Socialista. Löfven ha dirigido Suecia en la situación política más compleja en décadas, exhibiendo una gran capacidad negociadora y un notable instinto de supervivencia.

Löfven ha roto la política de bloques vigente desde 2004 y ha sobrevivido a crisis y mociones, incluida una en verano, en la que pasó de primer jefe de gobierno en ejercicio que era depuesto a recuperar el poder dos semanas después. De ahí que sorprendiese su anuncio en agosto de que dejaría el puesto y el liderazgo socialdemócrata plasmado este miércoles tras cerrar un pacto con los centristas que acerca al poder a su sucesora en el partido, la ministra de Finanzas, Magdalena Andersson. Pese a llegar en 2012 a la dirección socialdemócrata sin experiencia parlamentaria ni ministerial previas, ha exhibido sabiduría y pragmatismo para moverse en la política al más alto nivel y ha aprovechado el aislamiento al que el resto de partidos han sometido hasta hace unos meses al ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), tercera fuerza parlamentaria.

En su primera legislatura Löfven (Estocolmo, 1957) se aseguró el apoyo de los excomunistas y el consentimiento del centroderecha para gobernar en minoría con los ecologistas. Tras cuatro años bajo amenaza de elecciones anticipadas, varias mociones de censura, crisis que provocaron salidas forzadas de ministros y proyectos de ley tumbados, llegó debilitado a las elecciones de 2018. Obtuvo el peor resultado de la historia de su partido, pero ganó y se vio favorecido por que el bloque de izquierda logró un escaño más que el centroderecha, lo que le permitió cerrar un acuerdo con liberales y centristas después de cuatro meses. El pacto tensó su relación con la izquierda socialista, que provocó su caída temporal el pasado verano y se ha mostrado crítica con su giro a la derecha para satisfacer a sus nuevos aliados.

Löfven creció en Sollefte (norte, y tras acabar el instituto y abandonar la Escuela Superior de Administración Pública, trabajó como soldador, iniciando su carrera sindical, que en 2005 lo llevó a la presidencia del poderoso IF Metall, ligado a la socialdemocracia. Su origen sindicalista no se ha notado mucho en su política, lastrada por la falta de una mayoría de izquierda: la línea económica no ha sufrido cambios significativos y, en inmigración, pegó un giro a la derecha con la crisis de refugiados de 2015, que puso fin a la tradicional generosa línea sueca. Su segunda legislatura ha estado marcada por la pandemia de coronavirus, en la que línea más laxa impuesta por las autoridades sanitarias suecas y sus peores números en contagios y muertes que el resto de países nórdicos han generado controversia.

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