El Atlético de Madrid tropezó ante el Brujas en la primera final que tenía por delante. Los de Diego Pablo Simeone no fueron capaces de ganar al cuadro belga en el Metropolitano, en un partido que era vital para la clasificación para los octavos de final del torneo.
Ahora, sólo resta ganar los dos partidos que quedan para no quedar eliminados prematuramente de la competición. Que el equipo rojiblanco no se llevase el partido ante el cuadro belga fue realmente sorprendente porque lo cierto es que gozó de oportunidades de todos los colores. Hasta en 21 ocasiones remató el equipo colchonero ante el Brujas en el duelo del Metropolitano. Nueve, entre palos.
Está claro que Mignolet, el meta del cuadro belga, fue el jugador del partido con sus nueve paradas, algunas milagrosas, con la cara, la rodilla… No era el día del Atlético en este sentido. “Se ha hecho todo lo posible, pero ha faltado lo más importante. Sin gol no se gana”, se quejaba Jan Oblak nada más acabar el partido.
¿Contundencia o templanza? Giménez lo tenía claro tras el choque: “Más que contundencia, frialdad. La desesperación por buscar el primer gol te lleva a precipitarte y apurarte en situaciones donde no debes hacerlo. La realidad es que empatamos e hicimos mucho para ganar y lo que toca es apretar los dientes, ir para adelante y saber que los partidos que quedan hay que ganarlos”.
La cuestión aquí es que si hubiese sido sólo una cuestión de este partido del Metropolitano, el Atlético no tendría de qué preocuparse. Pero no lo es. Este mismo discurso de la falta de gol ya se produjo tras la derrota en Brujas, porque allí, en el Jan Breydel, el equipo rojiblanco dispuso de 20 remates para no hacer un solo gol.
Y es que este problema ya es recurrente en los últimos partidos, desde Sevilla. Desde entonces se ha repetido un patrón de un Atlético con un enorme número de oportunidades pero con muy pocos goles.
En los últimos cuatro partidos, en total, 74 remates para tres goles (dos ante el Girona y uno contra el Sevilla). Hablamos de un porcentaje de efectividad del 4%. Surrealista por completo.
El Atlético suma ahora mismo 15 goles en 12 partidos, lo que apenas da un 1,25 por encuentro. Hablamos de un equipo que tiene delanteros de la talla de Antoine Griezmann, Álvaro Morata, Ángel Correa, Joao Félix… y gente con mucho gol como Carrasco, sin ir más lejos. Es un dato realmente pobre en este momento. Sobre todo porque acumula 171 remates en lo que va de temporada. Eso quiere decir que está necesitando una media de 11,4 remates para hacer un gol, una barbaridad. Por ponerlo en perspectiva, el Real Madrid necesita 8,4 y el FC Barcelona 7,6, por ejemplo.
Ni qué decir tiene que el Atlético está ahora mismo por debajo de los goles esperados en cuanto a las oportunidades desplegadas. En LaLiga, tiene un -0,36, según el ‘big data’. En el partido ante el Brujas, el equipo colchonero tuvo un ratio de ‘expected goals’ del 1,93. Es decir, que debería haber marcado, al menos dos goles, a tenor de la cantidad y calidad de las ocasiones que generó. En Brujas, ese dato fue del 2,24. En el Sánchez Pizjuán, del 1,99. Como vemos se repite un patrón.
LOS DELANTEROS
¿Cómo ataca el Atlético ahora mismo? Pues según datos de Opta, sobre todo por el centro (62%), luego por el flanco izquierdo (24%) y menos por la derecha (14%). ¿Y cómo remata? Pues sobre todo en el área grande (58%), seguido de lanzamientos desde fuera del área (34%) y sólo un 7% desde el área pequeña.
En este contexto de falta de gol, los grandes señalados están siendo los delanteros del equipo. Morata suma cuatro goles, Correa y Antoine Griezmann, tres. A partir de ahí hay que buscar a centrocampistas o defensas, porque ni Cunha ni Joao Félix suman gol alguno.
¿Pero cuánto han rematado? Morata ha rematado 19 veces para sus cuatro dianas (un gol cada 4,75 remates). Correa ha disparado en 11 ocasiones (un gol cada 3,6). Griezmann ha rematado 14 veces (un tanto cada 4,6 remates). Cunha ha rematado 6 veces para no marcar; y Joao lo ha hecho 11 con el mismo desenlace.