El telescopio James Webb de la NASA, diseñado para dar al mundo una visión sin precedentes de los comienzos del universo, se acerca a su punto de destino final a 1,6 millones de kilómetros de la Tierra. A las 14.00 horas en la costa este de EE UU, las 20.00 en Madrid, el telescopio realizará una maniobra de corrección de su trayectoria para posicionarse en el segundo punto de Lagrange o L2, en una órbita estable entre la Tierra y el Sol.
Los ingenieros de la misión en el Instituto Científico del Telescopio Espacial en Baltimore activarán los propulsores del James Webb para que el artefacto se inserte con éxito en la órbita, según ha explicado Eric Smith, científico de la NASA. El predecesor de Webb, el telescopio espacial Hubble, orbita a 547 kilómetros de la Tierra.
El centro de operaciones también ha empezado a ajustar el espejo principal del telescopio, formado por 18 segmentos de berilio recubierto de oro y que mide 6,5 metros de diámetro, casi tres veces mayor que el de Hubble. Su tamaño y diseño le permiten operar principalmente en el espectro de infrarrojos por lo que el Webb podrá mirar más allá de las nubes de gas y polvo y observar objetos más lejanos que hasta ahora. La expectativa es que el nuevo telescopio suponga una revolución en astronomía y proporcione una primera mirada a galaxias nacidas solo 100 millones de años después del Big Bang, hace 13.800 millones de años. Los instrumentos de Webb también lo hacen ideal para encontrar signos de vida en exoplanetas, analizar cuerpos celestiales que orbitan estrellas distantes y observar mundos más cercanos a la Tierra, como Marte o Titán, la luna de hielo de Saturno.
Todavía faltan unos meses de preparación para el debut científico del Webb. Los 18 segmentos de su espejo principal, que fueron plegados juntos para encajar dentro del cohete que llevó el telescopio al espacio, fueron desplegados junto con sus componentes estructurales durante un periodo de dos semanas tras el lanzamiento el pasado 25 de diciembre. Los componentes necesitan alinearse para lograr el enfoque adecuado, un proceso que durará unos tres meses. A medida que este avance, los ingenieros comenzarán a activar el espectrógrafo de infrarrojo medio del observatorio, la cámara y otros instrumentos. A esto le seguirán dos meses en los que se calibrarán dichos instrumentos, ha detallado Smith.
Si todo va como está previsto, el telescopio James Webb estará listo en verano, cuando mandará imágenes para demostrar que todo funciona adecuadamente. Pero Smith dijo que los trabajos más esperados de Webb llevarán más tiempo. El telescopio es un proyecto internacional liderado por la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea y su homóloga canadiense.
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