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El tifón Hagibis pasa calmado por Suzuka


La F1 se preparó para lo peor. Decisión más que acertada. Más vale prevenir, que curar, como bien se dice. Y más en un deporte en el que sus protagonistas se juegan la vida. Y mucho más si se trata de Suzuka, trazado en el que hace solo 5 años, en una pista mojada por las lluvias del tifón ‘Phanfone’, terminaría sufriendo un accidente Jules Bianchi por el que posteriormente perdería la vida. La seguridad es prioritaria, y esta vez, la F1 y las autoridades japonesas lo volvieron a dejar muy claro. Sin titubear. No quisieron esperar a conocer si las lluvias y temibles vientos que se avecinaban, finalmente serían tan fuertes en Suzuka para ver si la clasificación se podía disputar el sábado. Ello habría puesto en riesgo a todos los espectadores que se habrían desplazado en coche al trazado, además de a los propios miembros del ‘Gran Circo’, en caso de que se hubieran producido las inundaciones, desprendimientos y desplazamientos de objetos, que tanto se habían anunciado. Se decidió cambiar de hora, pasando la clasificación al domingo, un acierto total pese a que la dureza de Hagibis en Suzuka no fuera tanta como la esperada en el trazado nipón después de que el tifón se desviara y afectara más al este, desde Nagoya, impactando con mucha dureza en Tokyo.



Según apuntó Marc Gené con un vídeo colgado en las redes sociales desde su habitación de hotel, aunque el viento pudiera alcanzar máximas de 50 km/h, mucho menor a los 252 km/h que se anunciaban, los monoplazas no habrían podido salir a pista en dichas condiciones. “Mucha lluvia, mucho viento, y definitivamente era imposible rodar con un F1 en estas condiciones”, decía el catalán de Ferrari, aplaudiendo la decisión de posponer la clasificación al domingo y no competir este sábado.

Los pilotos y equipos tenían previsto pasar el día en el hotel, pero la menor dureza de las precipitaciones y el viento con las que golpeó el tifón en Suzuka permitieron que algunos valientes salieran a la calle, como hizo Daniel Ricciardo, para estirar las piernas y dar un paseo, Y finalmente, el tifón pasó de largo, por suerte, sin causar estragos en dicha ciudad.

La F1 vivió un día complicado el viernes. Todos los equipos se apresuraron a poner sacos de arena delante de sus boxes para evitar que el agua entrara y los inundara. Levantaron vehículos, piezas y todo lo que tenían en sus garajes para que nada se mojara en caso de inundación. Desmontaron muros y empaquetaron otros objetos importantes para guardarlos a buen recaudo. Reforzaron los hospitalities e hicieron de todo para impedir que los daños que podía originar Hagibis fueran importantes. Y tras todo ese trabajo, finalmente el tifón pasó por el circuito con poca dureza, algo que permitirá a los conjuntos volver a montarlo todo de nuevo para que este domingo se puedan disputar la clasificación y la carrera. Sin embargo, habrá que esperar para conocer si el viento y el agua desaparece del todo de forma definitiva o se quedan para complicar las cosas un poco más a los pilotos y añadir picante a la cita nipona.

Tokio, la peor parte

A eso de las 12 hora española, la lluvia cesó en Suzuka, primera señal de que el Hagibis ya había pasado de largo aunque el viento se mantuviera. Había impactado ya con fuerza en zonas más al este. La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) activó el nivel de alerta máximo, el 5, por intensas lluvias en ciudades de siete prefecturas del centro y este del país: Shizuoka, Kanagawa, Tokio, Saitama, Gunma, Yamanashi y Nagano. Hubo lluvias torrenciales y vientos muy fuertes, de unos 216 km/h según anunció la JMA que hasta el momento habrían causado varios heridos, algunos desprendimientos y el fallecimiento de una persona.


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