Este testimonio pertenece a un jugador actual de la primera plantilla del Athletic. A un entonces chaval no nacido en territorio vizcaíno, pero rojiblanco de cuna. A un profesional del fútbol que lleva defendiendo la camiseta bilbaína desde hace más de una década.
De
Marcos
, el protagonista del mismo, ha aprovechado la oportunidad que le ha brindado la Fundación Athletic Club para escribir, con la colaboración del periodista
J
osé Mari Isasi
, un libro de carácter autobiográfico en el que combina su primer año como león con su primer viaje como cooperante a
África. Un relato de recomendable lectura tanto en la faceta deportiva como humana.
La obra en cuestión, por cierto, se titula ‘Togo’ y no tongo como el pasado miércoles, por error, aparecía en nuestra portada de MD en Bizkaia-Araba. Antes se atribuían este tipo de fallos a los duendes de la linotipia. Ahora, a fuerza de ser sinceros, habrá que dejar la cosa en una cagada involuntaria del que aquí suscribe. Perdón, por tanto.
En el fondo de esta reflexión, al grano, subyace la sensación experimentada por De
Marcos, a sus 20 años, al enterarse de que había fichado por el Athletic. “No pregunté ni cuánto iba a ganar, ni por cuántos años fichaba”, explica en su relato el propio león.
La escala de valores ha variado de un tiempo a esta parte. Ahora sí se prioriza más el contrato
Igualito igualito a lo que sucede hoy en día no ya en el club bilbaíno, sino en prácticamente todas las partes del mundo. La escala de valores ha variado de un tiempo a esta parte. Ahora sí se prioriza más el contrato, tanto en años como en dinero, que ese cada vez más añorado amor a los colores . Ley de vida, dicen algunos. Otros, en cambio, son felices sin salir prácticamente de casa. De
Marcos, el de ‘Togo’ no Tongo, es uno de ellos.
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