A equipo flaco, todo son pulgas. Y eso que de flaco tiene poco el Tottenham pero lo cierto es que a esta derrota ante el Aston
Villa (1-2) que complica las opciones europeas del club hay que sumarle la noticia de que Harry
Kane no quiere continuar para redondear una semana aciaga en el norte de Londres.
Apagón general en el Tottenham
Pese a que los focos estaban puestos en Kane, el inglés solo fue protagonista antes y después del partido. Durante, que es lo que cuenta, apenas se le vio y quizás por ello el equipo lo terminó pagando caro. Quien se llevó la atención fue Bergwijn con un gol a los ocho minutos. Una buena presión de Reguilón, le dejó un balón franco de cara a portería que descosió para batir a Emi Martínez. Fue un buen comienzo para los locales.
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Pero todo se fundió a negro cuando el propio Reguilón, en una jugada para olvidar, remató dentro de su portería un centro de Bertrand Traoré. Ahí se desenchufó de la corriente el español y arrastró a todos sus compañeros hacia un apagón en el que nadie supo conectar un solo pase con acierto. Cortocircuito que aprovechó el Aston
Villa para aumentar el ritmo y hacer el segundo bajo el método infalible de la presión asfixiante. Watkins recogió un balón en área rival y 1-2.
Reacción insuficiente
Ya en la segunda mitad, poco a poco volvió la luz al Tottenham
Stadium, pero con ella no la claridad para hacer goles. Pese a que lo intentaron de todas formas, Emi
Martínez siguió con su candidatura a portero revelación de la Premier y detuvo las intentonas de los Spurs.
Ni siquiera juntando sus mejores botas (Bale, Son, Kane o Dele Alli), el Tottenham fue capaz de empatar siendo el Aston Villa quien incluso perdonaba las sentencias. Así se cumplió el 90’ y el Tottenham confirmó que está metido en un buen lío. Todo se decidirá en la última jornada y sus opciones son o la insípida Europa League, la novedosa pero insuficiente Conference League o la peor, la que tan solo es Premier League.
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