El truco milagroso para tu lavavajillas que tienes que empezar a utilizar

Seguro que alguna vez te ha ocurrido que, justo cuando vas a poner el lavavajillas en marcha, te das cuenta de que se han acabado las pastillas o el detergente. Pero, ¡no te preocupes! No tienes por qué lavar los platos, vasos y cubiertos sucios a mano hasta la próxima vez que vayas al supermercado. Existe un truco casero que te puede resultar muy útil para salir del paso.

En primer lugar, cabe recordar que utilizar productos similares como el jabón de manos, el detergente para la lavadora, o incluso el gel de baño o el champú, no es una buena idea. Los fabricantes de lavavajillas recomiendan usar productos específicos para no estropear el electrodoméstico y alargar su vida útil.

Otro punto a destacar es que este truco solo sirve para salir del paso, así que debes utilizarlo únicamente en ocasiones puntuales. Aunque es una opción respetuosa para el medio ambiente, a largo plazo podría afectar al adecuado funcionamiento del lavavajillas.

Bicarbonato de sodio

El bicarbonato de sodio es uno de los productos más utilizados en el hogar ya que tiene múltiples usos: combatir los malos olores, eliminar las manchas de grasa de la cazuelas… Pues bien, también sirve para sustituir las pastillas o el detergente del lavavajillas de manera ocasional.

Solo tienes que añadir la cantidad adecuada en el cajetín del lavavajillas. Luego, asegúrate de cerrarlo bien para que se dosifique como es debido, y los platos, vasos y cubiertos quedarán impecables.

Consejos prácticos

Para un uso correcto del lavavajillas, hay una serie de consejos que debes conocer. A pesar de que es una costumbre muy extendida, lo cierto es que no es necesario aclarar las piezas antes de cargarlas, excepto cuando los restos de alimentos se hayan secado.

Por supuesto, la organización es fundamental para que todas las piezas se laven como es debido. En el cestillo de la cubertería, conviene poner algunos mangos hacia arriba y otros hacia abajo para que no se entrecrucen y todos los cubiertos salgan limpios.

Hay algunos productos que traen incorporado el abrillantador. Pero si los que tú utilizas no lo tienen, asegúrate de mantener lleno el depósito. Del mismo modo, es clave mantener el depósito de sal siempre lleno.

No es necesario poner el ciclo de lavado a una temperatura. Así solo conseguirás aumentar el gasto energético y perjudicar al medio ambiente. Y, por último, recuerda hacer un lavado de mantenimiento cada mes.


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