el truco que te ayudará este verano

Hay ciertos hábitos o costumbres que hemos heredado de padres y abuelos sin preguntarnos cuándo nacieron o qué sentido tienen. Uno de ellos es poner menta debajo de la almohada. Probablemente lo haces o bien conoces a alguien que lo practica todos los días.

Al igual que otras plantas aromáticas, podemos aprovechar la menta de numerosas formas. Ya sea en la cocina, o fuera de ella. Últimamente, se ha puesto de moda el truco de colocar unas hojas de esta especie debajo de la almohada antes de irse a dormir. Esa tendencia, que se da especialmente en verano, se relaciona con su capacidad para ahuyentar los mosquitos durante la noche.

Por qué debes poner menta debajo de la almohada

¿Cuál es el secreto de la menta?

Este miembro de la familia de las lamiáceas, famoso por su aroma y adoptado popularmente en bebidas, comidas y cosméticos, puede transformarse en tu mejor aliado en esas largas noches en las que estos insectos no te dejan descansar como deberías.

Todo lo que tienes que hacer es colocar un par de hojas de menta -si están recién cortadas mejor- debajo de la almohada donde apoyas tu cabeza para dormir por las noches. Si el olor no afecta tu sueño, puedes dejarlas y cambiarlas al despertarte. Igualmente, si interfieren con tu concentración, es suficiente con dejarlas allí durante el día y quitarlas antes de irte a dormir.

El beneficio de la menta en la cama es doble, ya que por un lado te desharás de los insoportables mosquitos y de sus picaduras y, por el otro, sentirás una suave fragancia fresca que te permitirá relajarte.

¿Por qué tener una planta de estas características en casa?

Las hojas debajo de la almohada para descansar bien en verano son sólo una de las tantas excusas que tenemos para incorporar unas plantas de menta a nuestras vidas. Sus aprovechamientos son múltiples, y el resto del año puedes usarlas de otros modos. Entre ellos preparar bebidas o comidas que la incluyan para obtener sus nutrientes –vitamina C, vitamina E y polifenoles varios-.

Más allá de estos antioxidantes naturales, la menta aporta calcio, fósforo, potasio y magnesio, todos nutrientes claves para la función cardíaca. Volviendo al verano, disfrútala en agua fría aromatizada añadiéndole limón, pepino o manzana para enriquecer su sabor original. Infinitas son las ventajas de la menta respecto a otras plantas, así que no debes dejar de tener algunos ejemplares en casa.


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