El
Atlético de Madrid
contará con refuerzos de cara al derbi del próximo domino ante el Real Madrid. Diego Pablo Simeone por fin podrá contar con uno de los futbolistas clave para él, y del que no ha podido echar mano en el último mes y medio.
Obviamente hablamos de Kieran Trippier. El jugador inglés por fin ha terminado la sanción a la que fue sometido por la Federación Inglesa (FA) por haber participado en apuestas deportivas, algo prohibido por las autoridades deportivas del país.
Una sanción que era de diez semanas, aunque gracias a una cautelar que logró el Atlético en FIFA, el internacional inglés pudo participar en un partido. Sin embargo, en cuanto el organismo internacional ratificó la decisión de la federación británica, Simeone se quedó sin él. Y ha sido un drama su ausencia.
No fue casualidad que el lateral enlazase todos y cada uno de los minutos en los 17 primeros partidos de temporada, hasta que pudo descansar en la primera eliminatoria copera, ante el Cardassar. Para el Cholo no había color. Era el lateral que mejor interpretaba el 5-3-2. Sin discusión. De hecho, el único carrilero puro que se hizo hueco en el once. Ni Lodi no Vrsaljko pudieron emularle. Y en el caso del lateral izquierdo, el preparador argentino prefirió colocar a Carrasco o Saúl ahí antes que al brasileño. Toda una señal.
Y en la derecha, un poco lo mismo ante la ausencia de Trippier durante 12 partidos. Vrsaljko no terminó de ser la solución, con algunos problemas físicos y actuaciones irregulares. En este tramo sólo fue titular en seis partidos y sólo completó tres de ellos. Simeone tuvo que improvisar con Marcos Llorente de carrilero, con la pérdida que suponía sacrificar la su potencia, profundidad y desborde, del madrileño en el centro del campo.
Es curioso porque en todo este periplo de estos últimos partidos desde que se conociese su sanción, el Atlético sólo dejó de encajar en dos partidos. Y en uno de ellos, ante el Sevilla, estaba él por la cautelar.
TRABAJO ESPECIAL PARA ÉL
Se entiende que este próximo domingo, Simeone debería poder contar con él sin problemas. Por lo menos ya no está sancionado. Pero otra cosa es cómo esté físicamente. Ése es el último peaje que el jugador inglés tendrá que pagar antes de volver.
Y es que son diez semanas sin poder competir. En un principio, la sanción incluía no poder entrenar con el equipo, pero es algo que sí que ha podido hacer de forma habitual en este tramo de temporada. Eso sí, le falta el punto competitivo.
Con todo, el cuerpo técnico diseñó para él un plan específico, personalizado, para que el impacto de esas diez semanas sea el menor posible en su regreso. En las dos últimas semanas, son bastantes las sesiones del lateral con trabajo especial para él.
Que el jugador quiere estar lo mejor posible en su vuelta es algo que se ve en cosas como que fue uno los pocos que acudió este martes, según recogieron las cámaras de ‘LaSexta’, a entrenarse en el día libre del equipo. También lo hicieron el uruguayo José María Giménez, que se recupera de una lesión muscular, o el francés Thomas Lemar, que sufrió un golpe ante el Villarreal.
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