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El último regalo de Michael Jordan


El último baile de Michael Jordan es un regalo para los aficionados del baloncesto. Un regalo que llega tras un mes y pico de parón absoluto debido a la pandemia de coronavirus. El documental que narra la temporada del sexto anillo de los legendarios Chicago Bulls de los años noventa pone color a la última temporada de uno de los mejores equipos de la historia del deporte profesional y, claro está, de uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. Parece una paradoja, pero el gran evento del momento en la NBA ocurrió hace 22 años, y todo gracias al estreno de un metraje que se ha hecho de rogar muchísimos años.



A pesar de que no cuenta nada nuevo, el documental producido por la ESPN y NBA Entertainment es un documento único ya que pone imágenes al relato que sabíamos desde la crónica periodística y la literatura deportiva, con libros como The Jordan Rules de Sam Smith. Además, es una nueva oportunidad para revivir a través del recuerdo de los mismos protagonistas los secretos y vergüenzas de esos Bulls de leyenda. El primer episodio apunta maneras, y la apuesta de lanzar la docu-serie con cuentagotas permitirá al espectador emular la sensación de expectación que generan las temporadas de la NBA durante las próximas cinco semanas. Cada lunes, a eso de las 9 de la mañana en España a través de Movistar+ y Netflix, los espectadores podrán gozar de dos nuevas entregas.

El regalo llega en un momento propenso e inesperado. Tras varios retrasos en la producción, la pandemia ha acelerado los últimos retoques y ha permitido a los aficionados disfrutar de unas cintas que llevaban escondidas en un sótano más de dos décadas. Fue Adam Silver, actual comisionado de la NBA, quién en 1997 acordó con Michael Jordan la grabación de su temporada bajo la condición de que no se haría nada con las cintas sin el permiso expreso del protagonista. “No hubo ninguna negociación. Todo lo que dije fue: ‘estoy seguro de que habrá que negociar duro en algún momento, pero no tenemos que hacerlo ahora’. Lo primero y más importante es capturar las imágenes”, recordaba Silver, por entonces director ejecutivo de NBA Entertainment, a la ESPN.

La idea, que ahora puede parecer lógica, de retratar un año en la carrera de Jordan fue del tío de Klay Thompson, hermano del exjugador de los Lakers Mychal Thompson. “Recuerdo que pensé: ‘este tipo se va a retirar y nunca hemos documentado verdaderamente un año en la vida del que potencialmente es el mejor atleta de la historia del deporte’”, rememoraba Andy Thompson en la excelente pieza de la periodista Ramona Shelburne que contextualiza el documental que vemos ahora.

Thompson, sin embargo, tuvo que esperar mucho para ver una de las mejores piezas que jamás ha rodado. El acuerdo entre la NBA y Jordan dejó las más de 500 horas de cintas en el archivo central de la productora de la liga en Nueva Jersey hasta que David Falk le recordó a Mike Tollin su existencia. El productor consiguió una reunión con Jordan después del título de los Cleveland Cavaliers de LeBron James en 2016, y fue allí cuando MJ dio el sí definitivo a la serie documental que disfrutaremos las próximas semanas.

Lo que convenció del todo a Jordan fue otro documental, el que Tollin había producido sobre Allen Iverson. “Lo he visto tres veces, me hizo llorar. Me encanta ese pequeñín”, le comentó Jordan al productor. Acto seguido se levantó y le ofreció la mano: “Vamos a hacerlo”. Ese cóctel de emociones y la insistencia del equipo de producción convirtió las mejores cintas caseras del planeta en un documental de primera que muestra como nunca el interior de un vestuario irrepetible con Jordan, pero también con otros personajes clave de la historia NBA como Phil Jackson, Scottie Pippen, Dennis Rodman y un largo etcétera.

“En el peor de los casos, tendrás las mejores cintas caseras jamás creadas para que las vean tus hijos”, recordaba haberle comentado Silver al 23 de Chicago en su momento. El mensaje que caló en Jordan se lo mandó Tollin: “Michael, cada día vienen a mi oficina chicos que visten tus zapatillas y que nunca te han visto jugar. Ya es hora”.

Y así hemos llegado aquí, con un regalo único que llega en un momento único. Las mejores cintas caseras de la historia son nuestras, así que solo nos queda disfrutarlas y dar las gracias. A Michael y a todo el equipo implicado.


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