Andrew Wiggins cumplió varios sueños la pasada temporada. Se convirtió en All Star por primera vez y terminó por levantar su primer anillo de la NBA como una pieza clave de los Golden State Warriors. A pesar de todo, el jugador declaró en una entrevista con FanSided que todavía se arrepiente de su decisión de vacunarse contra la covid-19, la que le permitió jugar toda la temporada sin problemas y evitar los mandatos restrictivos en San Francisco.
“Ojalá no me hubiera vacunado. Lo hice y fui All Star y campeón, esta es la parte buena, el no haberme perdido la temporada, la mejor de mi carrera. Pero para mi cuerpo, no me gusta meterme todo eso dentro. Así que no me gustó y no me gustó tampoco que no fuera decisión mía. No me gustó que fuera un ‘o haces esto o no juegas’”
Wiggins fue uno de los jugadores que más retrasó la decisión de vacunarse. La NBA no obligó a sus jugadores a inmunizarse, aunque en ciertas ciudades las leyes locales impedían que los profesionales no vacunados fueran a sus puestos de trabajo. Eso hubiera abocado al jugador a la misma situación que Kyrie Irving, el caso más notable de la liga desde Brooklyn. El base de los Nets terminó por disputar tan solo 29 partidos la pasada campaña.
Antes de arrancar el curso, Wiggins pidió un exención religiosa a la NBA para intentar saltarse la normativa restrictiva de la ciudad de San Francisco, pero la petición fue denegada. Poco después de vacunarse, el jugador ya comentó que “no era algo que quería hacer, pero se me ha forzado a hacerlo”.
A pesar de que no hubo ni hay indicios de la falta de seguridad sobre una vacuna que ha salvado entre 15 y 20 millones de vidas según los principales estudios publicados, Wiggins reiteró en el pasado que él sabía lo que estaba “bien” y lo que estaba “mal” para justificar su posición personal en contra de la vacunación. Finalmente, el jugador se vacunó y pudo jugar con total normalidad y sin consecuencias físicas la temporada al completo.