La dura derrota de este miércoles ante el Atalanta en la ida de los octavos de final de la Champions (4-1) ha confirmado la sensación de que el Valencia se ha convertido en este 2020 en un coladero lejos de Mestalla.
Excluidos los dos encuentros coperos ante equipos de Segunda B (el Logroñés y la Cultural Leonesa) el equipo de Albert Celades ha disputado cinco encuentros fuera de su campo en este arranque de año y ha recibido 16 tantos, lo que supone más de tres por partido.
El nuevo año empezó con una sonora derrota en la semifinal de la Supercopa en Arabia Saudí ante el Real Madrid por 3-1, al que siguió una sonrojante derrota liguera en Mallorca (4-1).
Tras lograr dejar su portería a cero contra los dos rivales de la categoría de bronce, el equipo cayó en Granada por 2-1 y quedó eliminado de la Copa. Para acabar este aciago arranque se ha visto desarbolado primero por el Getafe (3-0) y ahora por el Atalanta (4-1), que le infligió una derrota que pone muy cuesta arriba su pase a cuartos de final.
La desaparición de la seguridad defensiva que ha caracterizado al Valencia en las últimas campañas ha incluido también las lesiones de Ezequiel Garay y Gabriel Paulista, sus dos centrales titulares. El argentino ya no volverá a jugar esta campaña y el brasileño se espera que se pueda reincorporar de manera inminente pero por sanción no podrá jugar ante el Atalanta.
Las malas sensaciones que dejaron Mangala y Diakhaby
en el eje de la defensa en el choque de San Siro siembran de dudas a un Valencia que deberá cambiar radicalmente de cara a la vuelta si quiere tener opciones de remontar la eliminatoria y clasificarse para los cuartos de final de la Champions.
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