El Valladolid deja muy tocado al Espanyol

Por primera vez en lo que va de curso, David Gallego apostó por un ‘once’ continuista respecto al anterior partido del Espanyol en lo que se refiere a los componentes del mismo. Tan solo una permuta aconteció respecto al equipo titular de Balaídos el pasado jueves, con Sergi Darder en lugar de Wu Lei. Pero con cambio de sistema, dejando atrás el 4-4-2 para dar paso de inicio a un 4-4-1-1 en fase ofensiva siendo el propio Darder el enganche entre la medular y Calleri, la referencia, con Marc Roca y Víctor Sánchez en sala de máquinas y Vargas y Pedrosa por la derecha y la izquierda respectivamente.

En cuanto al Valladolid, lo esperado, un 4-4-2 con las líneas muy juntas confiando su suerte Sergio González al trabajo colectivo y solidario de todo el equipo y la clarividencia de Sergi Guardiola y Sandro en ataque.

La primera aproximación a una de las áreas tuvo color visitante, con el mencionado Sandro disparando desviado, por poco, en el minuto 2 de partido tras protagonizar un buen control orientado en la frontal del área. Pero lo cierto es que en el arranque del partido el Espanyol estuvo mejor que el Valladolid, controlando el tempo del duelo y con la voluntad de crecer siendo protagonista con el balón a través de un Marc Roca siempre cerca de los centrales en la base de la jugada.

En el 8’, Calleri se topó con la madera al rematar en área pequeña un servicio de Javi López desde la derecha tras asociarse el capitán con Vargas. Y apenas medio minuto más tarde, el propio ‘Monito’ cabeceó en el punto de penalti un balón colgado al área por Darder, pero demasiado centrado como para inquietar a Masip.

Con lo mencionado el Espanyol avisó de cuales eran sus intenciones, y las confirmó en el 16’ con un remate alto de Calleri tras centro de Javi López. Pero a partir de ahí, el conjunto blanquiazul se desvaneció.

Mediado el primer acto (22’) Toni Villa propició que Diego López mostrase su mejor versión para despejar un remate a bocajarro, y poco después llegó la jugada que hizo alterar el 0-0 del marcador. A la salida de un córner a favor del cuadro visitante, Víctor Sánchez golpeó a Óscar Plano en la cara y el colegiado señaló el punto de penalti. Míchel Herrero asumió la responsabilidad y engañó a Diego López logrando el 0-1 en el 26’. De nuevo, y van cinco veces en siete jornadas de LaLiga disputadas, el Espanyol vio como el rival se adelantaba en el marcador.

Con ventaja en el luminoso, el Valladolid pasó a sentirse más cómodo de lo que lo había hecho de inicio, y los nervios se apoderaron de un Espanyol que, hasta el descanso, se mostró errático viendo incluso como Diego López, raudo para achicar a Sandro en el corazón del área, evitaba el 0-2.

En la reanudación, y como viene siendo habitual, el Espanyol regresó al verde con una clara voluntad de mejorar las prestaciones ofrecidas durante la primera parte. Y ni un solo minuto había transcurrido cuando Vargas filtró al área un buen pase para encontrar a Pedrosa, que con su pierna derecha remató desviado.

En el 52’ Darder chutó desde la frontal y el cuero se marchó fuera por poco, y en el 62’ fue Masip el que frustró a Calleri en una buena acción del argentino dentro del área. Pero todo lo que estaba construyendo el Espanyol en busca del empate se vino abajo poco después.

En el 65’, y tras cometer un grave error en la disputa de un balón dividido, Calero derribó a Sergi Guardiola cuando éste encaraba en solitario a Diego López, y el árbitro le mostró la roja directa.

Como a perro flaco todo son pulgas, en la falta de Calero
Joaquín remató logrando el 0-2 para el Valladolid, pero tras ser revisado por el VAR, el tanto fue invalidado por fuera de juego.

Aunque en inferioridad numérica, la intervención del videoarbitraje abrió un hilo de esperanza para el Espanyol, pero el conjunto de David Gallego no logró enhebrar ninguna jugada de peligro.

La puntilla para los locales llegó en el añadido, con Óscar Plano logrando un 0-2 que deja al Espanyol en una situación muy delicada, más por las sensaciones que por el hecho de continuar en una zona de descenso de la que se aleja el Valladolid.

Tras escucharse algún que otro ‘Gallego vete ya’ en los últimos minutos, con el pitido final y tras consumarse el peor inicio del Espanyol como local en LaLiga encajando por primera vez cuatro derrotas en los cuatro primeros partidos, los poco más de 20.000 espectadores que se dieron cita en el RCDE Stadium despidieron al equipo entre abucheos. El Espanyol, más que tocado, empieza a estar hundido y perdido en su propio ‘quiero y no puedo’.