El Valladolid regresa con todo


El Valladolid afronta con toda su plantilla, incluido Pedro
Porro que ya se ha ido incorporando a los entrenamientos tras sufrir una lesión en el recto anterior de la pierna durante la pretemporada, el regreso a la competición que comenzará con un crucial partido ante el Leganés.



Desde que comenzaran los entrenamientos tras el confinamiento de dos meses, causado por la aparición de la COVID-19, el pasado 11 de mayo, el equipo blanquivioleta ha ido adaptándose a la nueva situación, cumpliendo a rajatabla los protocolos marcados por LaLiga y por las autoridades.

Así, como se ha podido ver en las imágenes que ha ofrecido el club cada día, los jugadores han tenido que someterse a diferentes medidas, comenzando por la realización de los test, en los que Óscar Plano y Matheus Fernandes, junto a dos ayudantes técnicos, dieron positivo en las pruebas serológicas.

Por tanto, durante la primera semana de trabajo individual, ninguno de ellos pudo trabajar en el estadio José Zorrilla, anexos y gimnasio, en los que se distribuyeron las sesiones de trabajo, como medida preventiva, al igual que tampoco pudo participar Stiven Plaza, quien se sometió al período de aislamiento tras regresar desde Ecuador.

El resto, con varios jugadores del Promesas, fue acumulando sesiones físicas, con un rígido control sanitario previo, en el que era obligada la toma de la temperatura a cada futbolista, su paso por una cámara de desinfección, la utilización de mascarillas al entrar o la obligación de llegar con la equipación puesta desde casa.

Los jugadores se ven preparados y con muchas ganas

De manera paulatina se fueron superando las fases, con diez jugadores, luego con 14 y, la última semana, ya con todo el grupo, lo que ha permitido acercarse a una situación de “normalidad”, de cara a preparar el importante reto que se le presenta al Valladolid en la recta final de la temporada.

Por la sala de prensa del estadio José Zorrilla pasaron algunos jugadores, como Óscar Plano, Fede San Emeterio, Javi Moyano o Sandro, para transmitir sus sensaciones a los medios, vía telemática, y todos ellos coincidieron al señalar que el equipo estaba “preparado” para volver a jugar, y “con muchas ganas”.

Curiosamente, a algunos futbolistas de la plantilla, como Ben Arfa, el confinamiento les ha venido bien, puesto que el medio punta francés inició con menos peso el retorno a los entrenamientos y ha demostrado encontrarse en un buen momento de forma, lo que supondrá un plus para el cuadro blanquivioleta.

Sobre todo, porque cada jugador adquirirá su propio protagonismo en los once partidos que restan por disputarse, al permitirse cinco cambios para evitar lesiones y para favorecer “refrescos” ante las altas temperaturas que se esperan, de ahí que se haya visto mucha intensidad en las sesiones de trabajo de los vallisoletanos, algunas de las cuales han sido presenciadas por Ronaldo Nazário.

Las dos primeras jornadas, vitales en el objetivo de la salvación

El objetivo es claro: lograr la permanencia, y para ello aspiran a sumar de tres en tres puntos, sobre todo, en las dos primeras jornadas, en las que deberán enfrentarse a dos rivales directos en la lucha por la salvación, como serán el Leganés -al que visitarán en Butarque- y el Celta de Vigo -que jugará en el José Zorrilla-.

La presión es más que evidente para un equipo que se halla en la decimoquinta plaza, con solo dos puntos más que el siguiente clasificado, el Eibar; tres más que el Celta; cuatro más que el Mallorca; seis más que el Leganés, y nueve más que el último en cerrar la tabla, el Espanyol.

Por lo tanto, saben que deben afrontar “once finales”, como si fuera “una especie de Mundial”, tal y como advirtió San Emeterio, para mantener al Valladolid en Primera División, una tarea que dependerá de la capacidad de adaptarse a jugar sin público y de mantener la concentración al máximo, abstrayéndose de todo lo que no sea el balón y el rival correspondiente.


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