La plantilla del Alavés quedó cerrada el pasado 2 de septiembre con un total de 24 jugadores de la primera plantilla, además de los jugadores del filial Alberto Rodríguez ‘Tachi’ y el juvenil Borja Sainz. Eran en total 26 peones a disposición de Asier Garitano, una cifra que rebasaba las previsiones del de Bergara, que desde su aterrizaje en la capital alavesa se mostró partidario de manejar una plantilla escasa de efectivos. En ese listado es evidente este exceso de peones y que no todos van a estar en el selecto grupo de aquellos en los que va a depositar su confianza el guipuzcoano. Los tres primeros partidos ya han ido ofreciendo pistas con respecto a una pequeña parte de los futbolistas que van a conformar la guardia pretoriana de Garitano.
Hoy ha quedado ligeramente aligerado este grupo con la cesión de Jeando Fuchs al Maccabi Haifa israelí hasta final de temporada. El franco-camerunés firmó un contrato de larga duración como albiazul por cuatro años y termina su ligazón en 2023. Esperan los rectores albiazules que con este préstamo el centrocampista pueda tener minutos para explotar todo su potencial y cualidades para ganarse un sitio en la medular albiazul.
Fuchs, una de las inversiones de futuro, llegó a disputar algunos amistosos de pretemporada como el de Laguardia, pero sin que llegara a convencer a Garitano. A sus 21 años atisban los rectores albiazules margen de recorrido para ser un jugador aprovechable. Sin embargo, esa falta de cartel se ha convertido en el principal lastre a la hora de poderle enviar como cedido a algún equipo de la Segunda División española. Ahora, tiene una oportunidad de brillar en Israel.
Otro que no cuenta es Rafa Navarro. El defensa andaluz fue una de las piezas de ese exceso de pasaje de las que no pudo desprenderse la dirección deportiva al cierre del mercado mediante traspaso o con una cesión a otro equipo. Ya en pleno verano se le transmitió la idea de que no iban a tener sitio ni encaje en los planes de Asier Garitano y que debía empezar a sondear un nuevo destino. El sevillano, de 25 años firmó por tres temporadas y concluirá su vinculación en junio de 2021.
Rafa Navarro fue uno de esos perfiles de fichaje hecho con perspectiva de que pudiera abrirse paso a futuro en la plantilla albiazul. Llegado hace doce meses, no ha llegado a vestirse de corto con la ropa de entrenamiento tan siquiera y ha militado el pasado curso cedido en el conjunto convenido del Sochaux, hasta que se separaron los caminos del club galo y el Alavés. Ahora, con el mercado estival ya cerrado, Navarro está inscrito como jugador del Alavés, pero sin un dorsal asignado. Se han establecido conversaciones para tratar de rescindir las dos temporadas que aún le restan, pero el lateral se aferra al documento rubricado hace un año.
Superada esa barrera del 2 de septiembre, las puertas de la competición española se le han cerrado y únicamente podría emigrar a otras tierras en busca de esos minutos.
La aportación del filial
La situación contraria llega con dos jugadores del equipo filial que se han asentado en la primera plantilla, a pesar de estar inscritos con el Alavés B y van a disputar de oportunidades. Son los casos de Alberto Rodríguez, ‘Tachi’, y el joven Borja Sainz.
Tachi llega avalado con la experiencia de ser el capitán del filial del Atlético de Madrid, aunque la falta de minutos y oportunidades a las órdenes del Cholo Simeone le llevaron a cambiar de aires. Ha disputado un par de partidos demostrando su buena visión de juego y salir al corte. Ahora se topa con el fichaje de Lisandro Magallán, que le puede cortar esa progresión.
En el caso de Borja Sainz, es el primer nacido en el siglo XXI que viste la elástica del primer equipo. Su caso es diferente al de Tachi, ya que el joven reclutado desde Lezama se ha sabido posicionar para estar en la primera plantilla y opositar a ocupar la banda derecha del ataque para dar relevo a Aleix Vidal y a la expectativa de ver cómo se adapta el escocés Burke.
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