El veto independentista al PSC mina su posibilidad de gobernar en Cataluña

Cataluña celebra elecciones el próximo domingo para elegir un nuevo Parlamento autónomo y la recta final de la campaña está marcada por la decisión de todas las formaciones independentistas de firmar un compromiso de no pactar con el PSC el próximo Ejecutivo catalán. La propuesta la lanzó una entidad llamada Catalans per la indepèndencia, desconocida hasta ahora para el gran público, y con una representatividad bajísima si se compara con organizaciones tradicionales como la ANC u Òmnium. Para los socialistas se trata de un intento de cordón sanitario, “la foto de Colón del independentismo”, según su cabeza de cartel, Salvador Illa. Las encuestas plantean la posibilidad de un triple empate entre Junts, ERC y PSC

“No había que firmar nada, pero como nuestro posicionamiento sobre no recibir los votos del 155 es tan claro no tuvimos ningún problema en hacerlo”, ha asegurado este jueves la candidata de Junts, Laura Borràs, en una conferencia de prensa organizada por Efe. La diputada aprovechó para cargar contra el apoyo de ERC al Gobierno en los Presupuestos y su abstención en la investidura de Pedro Sánchez, aunque sigue sin decir qué pasaría con el gobierno de la Diputación de Barcelona, que Junts comparte con los socialistas. Y también dejó caer dudas sobre el verdadero compromiso de los republicanos con el documento de veto. “¿Por qué se delega la firma en otros?”, se ha preguntado.

Borràs enfatizaba así el hecho de que Pere Aragonès (ERC) es el único candidato independentista a la Generalitat que no firma el documento, que ha sido rubricado por su jefe de campaña, Sergi Sabrià. La candidata de Junts fue la primera en firmar, el pasado lunes, y ha explicado que los promotores de la iniciativa se le acercaron tras un mitin celebrado en Lleida. Al candidato de ERC le fueron a buscar ayer a su sede, sobre las cinco de la tarde, cuando él ya iba camino al acto que estaba programado en Manresa. “Yo lo puedo firmar también”, ha explicado este jueves Aragonès.

El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, durante un mitin en Manresa, este miércoles. En vídeo, Aragonès defiende el compromiso de no pactar con el PSC(FOTO: EFE | VÍDEO: EP)

El documento, de un folio, establece el compromiso de que “sea cual sea la correlación de fuerzas surgida de las urnas, en ningún caso se pactará la formación de Gobierno con el PSC”. Aragonès, en una entrevista a RAC-1, se ha defendido con el mismo argumento de Borràs sobre que el papel no hace sino insistir en la idea que ha defendido todo este tiempo de campaña sobre un acuerdo con los socialistas. “Con nuestra palabra sobra, pero si alguien lo quiere por escrito…”, ha dicho el republicano.

Aragonès ha intentado dejar claro que no se trata de un cordón sanitario contra los socialistas y dice que se podrían pactar otras cosas, pero no el Govern. “No podemos compartir la gobernabilidad”, ha asegurado el también president en funciones. “Lamento la campaña de reproches de Junts. Dudar de la palabra de otro candidato con quien quieres llegar a acuerdos es muy triste”, ha agregado. Borràs también había pedido, a raíz del compromiso, que tampoco se diera apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez en Madrid, pero Aragonès ha reivindicado que sus diputados en el Congreso seguirán siendo exigentes para lograr recurso s que mejoren la vida de los catalanes.

El acuerdo de veto ha logrado dar combustible a los socialistas, a los que empezaba a pasar factura la apuesta por una campaña sin riesgos y con un líder que no se sale nunca del guion. El llamado efecto Illa ha mutado durante la campaña electoral del 14-F en un “todos contra Illa”. El socialismo golpeó primero en diciembre de 2020 al anunciar que el exministro de Sanidad sería candidato a la presidencia de la Generalitat. Las primeras encuestas apuntaban claramente a un crecimiento del PSC, una tendencia que se mantiene hasta ahora y la demoscopia dibuja un triple empate entre Junts, ERC y socialistas.

“Veníamos de una campaña de un ‘todos contra mí’. Esta foto de Colón es muy ilustrativa de lo que hay que hacer, por si alguien todavía tenía dudas”, aseguró este jueves el candidato en la cadena COPE. El paralelismo con la foto de familia que se hizo la derecha española en 2019 contra Pedro Sánchez será el leit motiv del PSC en los últimos compases de la contienda política.

El PSC ya usa el documento firmado por el bloque soberanista para subrayar que es la única alternativa para que el constitucionalismo se imponga en las elecciones a los partidarios de separar Cataluña de España. El ataque sobre todo va dirigido a ERC, a la que acusa de someterse al dictado de Junts. “ERC firma que hará presidenta a una imputada por corrupción [Laura Borràs] que en cuanto pueda, volverá a declarar la independencia. Lo suyo con Convergència [partido del que procede Junts] es un matrimonio a prueba de los recortes, del 3% y la división social”, ha escrito Eva Granados, la número dos de Illa.

La alianza anti-Illa también ha servido a los socialistas para dejar en un segundo plano la tormenta que provocó el exministro de Sanidad al rechazar hacerse una prueba de la covid-19 en el debate electoral de TV3 del pasado martes, una negativa que ERC, PP y Ciudadanos han interpretado que se debe a que Illa ya se ha vacunado, algo que sería ilegal y que tanto él como su partido han negado de forma reiterada.

El Ministerio de Sanidad hizo pública en la tarde del jueves una resolución que confirmaría que Illa no ha recibido todavía la vacuna. Illa repitió esta mañana que todavía no se había vacunado y defendió que no se hizo el test porque los protocolos sanitarios indican que solo debe realizarse si el paciente tiene síntomas o ha estado en contacto estrecho con un infectado. “No voy a hacer lo que [como ministro de Sanidad] he pedido por tierra, mar y aire a los ciudadanos que no hagan”, ha comentado Illa en Antena 3.


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