El Villarreal ahoga al Valladolid con Gerard Moreno a los mandos

Al túnel de LaLiga ya se le ve el final. Y mientras el Villarreal parece destinado a terminar en el cielo de Europa, el Valladolid se asoma cada vez más al infierno. En Zorrilla, con la victoria de los de Emery por 0-2 ante los locales se evidenciaron muchas cosas.

Una de ellas, que los pucelanos lo tienen cada vez más complicado para salvar su papeleta. Y otra, una que ya se sabía, que el Villarreal tiene argumentos para morder la plata el próximo día 26 ante el Manchester United. Sobre todo si Gerard Moreno & Co, responden como lo hicieron esta tarde ante los diablos rojos.

Prisas por ganar

Las exigencias del calendario, típicas de este tramo de la temporada, hicieron del comienzo del partido un combate con ritmo. Se notó que, como siempre, a última hora es cuando más prisa hay por entregar los deberes. Y Valladolid y Villarreal los tienen, aunque de asignaturas muy diferentes.

En este intercambio de avisos, que no de golpes, los amarillos eran quienes parecían hacerlo con más peligro. Su calidad del centro del campo hacia delante es la culpable de su gran temporada y desde bien pronto lo demostraron. Solo la falta de entendimiento en el último pase les privó de adelantarse en el marcador.

Mientras tanto, el Valladolid esquivaba las llegadas y trataba de hacer daño con las suyas. No se quedó lejos, pero tampoco lo consiguió. Roque Mesa lanzó un balón fuera aunque muy cerca de la escuadra y Weissman tuvo varias llegadas en las que merodeó el gol. Con el empate a nada se llegó al descanso y en Zorrilla se respiraba la sensación de que ningún equipo se marchó enfadado con su actuación.

Conexión de selección

Otra vez sobre el césped, ambos equipos reanudaron su tarea por adelantarse en el marcador. Pedraza, del Villarreal, probó primero a Roberto y luego El
Yamiq, del Valladolid, en una expedición hacia el ataque, se quedó a las puertas del gol. Asenjo se lo negó y Ronaldo Nazario, desde la grada, se lamentó.

Real Valladolid – Villarreal, en imágenes

Y lo hizo más aún cuando vio como Gerard
Moreno, otro ‘noblísimo’ obrero del gol, se fabricó el suyo propio para adelantar al Villarreal tras un gran pase de Pau
Torres. El ‘7’ recibió, bailó con Nacho y se giró para apretar el gatillo de su bota izquierda y acertar en la diana. Luis Enrique, otro integrante del gremio de los delanteros, seguro que tomó buena nota de la jugada.

A partir de ahí el Valladolid se dejó todo lo que tenía para hacer el empate. Se vació. Pero los de Sergio, que ven como cada vez le llega más cerca el agua al cuello, se terminaron ahogando con el gol de Capoue en el descuento. Un resultado y dos caras. La de la alegría en Vila–real y la de la desolación en Valladolid.

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