El Villarreal no perdona ante un Pucela en ruinas (2-0)

Polos opuestos. Esos son ahora mismo Villarreal y Real
Valladolid. Dos equipos que juegan en la misma Liga pero a universos de distancia en cuanto a sensaciones. Y eso es lo que evidenciaron tanto para bien como para mal los dos equipos en La Cerámica este lunes.

El conjunto amarillo supo imponerse con claridad a un Valladolid que sigue necesitando de una inyección de moral, entre otras cosas y deja a Sergio al borde del precipicio. Primero Chukwueze y después Pau
Torres, dieron los tres puntos a los de Emery y siguieron cavando la tumba de un Valladolid en peligro de descenso.

Villarreal-Valladolid, en imágenes

Sin sorpresas desde el principio

El fútbol es una ciencia que cautiva a tanta gente porque, muchas veces, es imprevisible. Nadie sabe lo que va a pasar. Sin embargo, en La Cerámica esta vez el fútbol fue un libro abierto: el Villarreal era el lobo y el Valladolid se defendía con su 4-4-2 de paja. Desde los primeros compases, los de Emery tomaron la iniciativa del juego y, como no podía ser de otra manera, lo intentaron traducir con goles.

No tardaron demasiado y después llamar a la puerta un par de veces, la tumbaron. Fue tras una buena jugada de Pedraza por la izquierda que sirvió un caramelo a Chukwueze para que este lo transformara en el 1-0. Imparable.

Hasta entonces, sin noticias del Valladolid. Ni en ataque ni en defensa.

Pasaban los minutos y lo único que cambiaba era el marcador y lo hacía para darle más ventaja al Villarreal. Pau Torres, llegando puntual a una prolongación de Alcácer tras un córner puso el 2-0 y Gerard
Moreno, de no ser por la madera, también se habría unido a la fiesta. El submarino era una balsa de aceite y el Valladolid bote a la deriva.

Mejoría sin goles

Para intentar cambiar la situación, Sergio dio entrada a Hervías y Marcos
André en la segunda mitad, pero ya era tarde. El Valladolid, eso sí, dio alguna señal de vida, pero a veces también hace falta creérselo. Jugó más tiempo en campo contrario, buscando hacer daño, aunque lo hacía con pistolas de agua.

El Villarreal, a todo esto, seguía jugando su papel a las mil maravillas. Supo esperar, aunque no sentenciar, y quizás por eso no vivió del todo tranquilo el final del choque cuando el Valladolid se estrelló dos veces con los palos. Antes, el VAR le había privado del 3-0 advirtiendo de una falta de Gerard
Moreno en un remate que terminó en gol anulado.

Así pues, se terminó un partido que anuncia tambores de guerra en Valladolid. Cambio de ciclo. El equipo ha sumado tres puntos de los 24 posibles y no despega. El Villarreal, sin embargo, es la otra cara de la moneda y vuela en clase bussines hacia los puestos más altos.

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