En el Dakar todos tienen historias que se van difundiendo con el boca a boca. Algunas quizás sufran variaciones como pasa con el juego del teléfono. Podría ser el caso de la siguiente. Me dijeron que “una persona de origen chino compró una botella de whisky en el vivac por 1.000 euros”. Aquí está prohibido, pero no me extrañó. En 2022 hubo un francés que vendía a 12 euros cajetillas de tabaco. Normal, tenía el monopolio. Esa anécdota hizo que esa misma persona se acordara de algo que ocurrió en 2020. En aquella edición participó un equipo chino con tres coches sorprendentes: Unos Hongqi CA72, limusinas tradicionales de transporte presidencial en el gigante asiático. Hasta llevaban una pequeña bandera de China sobre una asta a ambos lados del capó. Los pilotos eran debutantes y de poco talento. “Una vez me encontré a uno de ellos en carrera. Estaba clavado en el desierto. Quise remolcarle pero estaba fuera del coche haciendo ejercicios, como si estuviera meditando… y no me hacía caso. Al final, me cansé y amagué con irme. Entonces sí me levantó las manos como señal de ayuda”.
“Aquel equipo, por encima de todo quería llegar a la meta final del Dakar, pero le faltaba un camión que les asistiera. Sin él, esos pilotos no hubieran llegado. Así que su jefe se presentó ante el piloto de un camión que iba 4º en su categoría. ‘¿Cuánto vale?’, le preguntó señalando su vehículo. ‘No está en venta’, respondió. Ese hombre, con guardaespaldas, volvió al rato y puso un maletín en el suelo. ¡Había un millón de dólares!. El propietario, obviamente, aceptó. Y cuando el Dakar terminó, la sorpresa fue que dejaron que el camión se fuera con su dueño como si nada hubiera pasado. No lo querían”, añadió. Quizás en realidad dentro de aquel maletín había 10.000 dólares y el boca a boca, con el paso del tiempo, le haya añadido ceros al asunto. ‘Cuentos chinos’ que te alegran el día en un vivac lleno de historias. O quizás verdades. Nunca lo sabremos.