El volcán de La Palma intensifica las explosiones y obliga a evacuar nuevas zonas

El Centro de Coordinación y Emergencias del Gobierno de Canarias (Pevolca) ha evacuado este viernes a entre 300 y 400 personas de tres nuevas poblaciones, Tajuya, Tacande de Abajo y la parte de Tacande de Arriba que aún estaba fuera de peligro después de que se registrase una subida de la señal sísmica en torno al volcán que entró en erupción el pasado domingo, además de un incremento de los fenómenos explosivos y, posteriormente, se constatase la aparición de dos nuevos centros emisores de lava en uno de los flancos del volcán. El Pevolca está monitorizando esta nueva situación.

Las violentas explosiones han provocado a su vez que aumente el alcance del material piroclástico expulsado y de la ceniza más allá del perímetro de exclusión en torno al volcán. El empeoramiento de la situación, además, ha llevado a las compañías aéreas Iberia, Binter y Canaryfly a suspender todos sus vuelos con La Palma.

El Instituto Volcánico de Canarias informó, inicialmente, de que se había abierto una nueva boca eruptiva en el flanco activo del cono, aunque posteriormente resultaron ser dos pequeños ríos de lava. Las explosiones se fueron haciendo cada vez frecuentes y llegaron a ser perfectamente audibles desde todos los puntos de los municipios de El Paso (donde se ubica el volcán) y Los Llanos de Aridane (el más poblado de la isla).

La directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias, María José Blanco, ha explicado en una rueda de prensa celebrada en Santa Cruz de La Palma, que sobre las 13.00 se registró un pico muy violento de la señal de tremor, la huella energética de la erupción, que corresponde al momento en que se desató la explosividad y la nueva boca. Posteriormente, esta señal ha bajado notablemente hasta estabilizarse en un punto similar a la situación previa, según los propios expertos del IGN.

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Los científicos del Instituto Geológico y Minero (IGME) confirmaron con drones la existencia de dos nuevos regueros de lava surgiendo de los márgenes del cono principal, vertiendo lava “a gran velocidad” por encima de las coladas anteriores. Blanco ha explicado que “el sistema estaba sobrepresurizado”, por lo que la apertura de estas pequeñas bocas “ha servido para liberar presión y ha bajado la intensidad”. El IGME y asegura que ahora fluyen estos ríos de lava que recorrieron un kilómetro ladera abajo antes de expandirse y bajar su velocidad a unos 60 u 80 metros por hora.

María José Blanco ha advertido de tres peligros de la nueva situación. En primero lugar, que se pudiera crear una fisura entre el cono principal y alguno de los nuevos centros emisores, lo cual podría desestabilizar el terreno y provocar derrumbes. Además, se estudia el comportamiento de esta nueva lava poco viscosa “que pueda salta obstáculos geográficos” y el mayor alcance de los elementos piroclásticos y de la ceniza.

El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha asegurado, por su parte, que se estudiarán los datos “a lo largo de estas horas, y “se sabrá y sabremos si este pico [de tremor] se vuelve a alcanzar. “Pretendemos transmitir confianza y seguridad a los ciudadanos”.

Un centro lleno de turistas

Durante la tarde de este viernes, la Guardia Civil ha llegado hasta el mismo punto en el que el Instituto Geográfico Nacional tiene su centro operativo, a unos tres kilómetros del volcán, para desalojar la zona, llena de turistas y curiosos. Se trata del lugar en el que las televisiones realizan sus directos, junto a la parroquia de La Sagrada Familia, en un mirador con una vista idónea del volcán. Bajo esa parroquia, en unas dependencias municipales, los periodistas tienen una oficina improvisada. Ya no se puede estar allí. “O se meten en casa o hay que irse, porque la explosividad va a más”, alertaban los agentes a los curiosos. Inicialmente se trató de una orden de confinamiento que posteriormente se convirtió en evacuación por emergencia de nivel rojo.

“La evacuación se ha producido sin problemas y a las personas no se les ha permitido recoger ni ropa ni enseres de sus domicilios, según ha explicado Ángel Cervero, capitán de la Guardia Civil. “Posteriormente hemos procedido a sellar la zona”. Con los 400 vecinos evacuados en la tarde del viernes, el total de afectados por el volcán supera las 6.000 personas.

Las terrazas de la hostelería en la localidad de El Paso se han quedado desiertas y la gente se refugia en el interior de los restaurantes para seguir las informaciones de la televisión. Así huían de la ceniza, del continuo pasar de vehículos con sirenas y del impacto de las ondas expansivas de la explosividad volcánica, que golpeaban los cristales de todo el municipio. Todo bajo un cielo negro, provocado por la nube de humo de la erupción.

La lava del volcán de la Palma cubre 190,7 hectáreas y ha destruido a su paso 420 edificaciones, así como 15,2 kilómetros de carreteras, según los datos actualizados del sistema de observación europeo Copernicus.




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