El voto de censura, pendiente del Barça y de la Guardia Civil


La mesa del voto de censura contra la junta directiva del FC Barcelona que preside Josep Maria Bartomeu ya ha validado las firmas necesarias para convocar un referéndum social y decidir sobre la continuidad del actual consejo azulgrana elegido por mayoría absoluta en 2015. A falta del escrutinio final de la jornada, las papeletas que han pasado el corte en la mañana de este miércoles son 18.090 (fueron presentadas 20.687). Eran exigidas 16.520 firmas para que los socios sean llamados a las urnas. El proceso de validación seguirá y concluirá seguramente este jueves, aunque dispone de tiempo para cerrarse hasta el viernes, de acuerdo a los estatutos del Barça.

El recuento ha sido muy escrupuloso porque algunos directivos sospechaban que muchas de las firmas de los socios eran irregulares y llegaron a dudar incluso de que al final se alcanzara la cifra necesaria, actitud que sorprendió a los promotores de la plataforma Més que una moció, integrada por ocho grupos barcelonistas y tres precandidatos a las elecciones de 2021: Jordi Farré, Lluís Fernández Alà y Víctor Font. La mesa deberá convocar ahora la votación en el plazo de 10 a 20 días hábiles a partir inicialmente del día 9. El club informará después de las condiciones del referéndum, que será tutelado por la Generalitat.

Bartomeu se encuentra entre la espada y la pared porque duda entre someterse a la votación y asumir su resultado, que exige que al menos dos tercios de los socios voten en su contra para que prospere el voto de censura, o presentar la dimisión y evitar la posibilidad de convertirse en el primer presidente de la historia del Barça que tiene que abandonar el cargo por una moción ya superada por Josep Lluís Núñez en 1998 y Joan Laporta en 2008. La reprobación a Núñez, promovida por Elefant Blau, obtuvo 5.664 firmas y el 35,5% de los votos; la de Laporta, 9.145 firmas y el 60,6% de avales (el porcentaje necesario era de 66,6%).

El calendario anunciado por la directiva preveía para el 27 de octubre la celebración de la asamblea de compromisarios, y por tanto el cierre del ejercicio pasado y la aprobación del próximo, y la convocatoria de elecciones el 20 y 21 de marzo, aunque la directiva entrante no tomaría posesión del cargo hasta el 1 de julio. Bartomeu, que acaba su mandato, se plantea abandonar el cargo sin aguardar el voto de censura, posibilidad que se debatirá en la próxima junta, prevista para el lunes o martes próximo. Algunos directivos son partidarios de dimitir sin más dilación después de que se haya cerrado el mercado de fichajes de 2020.

La dimisión del consejo dejaría el mando del club en una gestora presidida por Carles Busquets, presidente de la Comisión Económica, que convocaría las elecciones en un plazo de entre 40 y 90 días. El proceso, en cualquier caso, tanto el de celebración del voto de censura como la convocatoria de la asamblea y de las elecciones, está condicionado por la pandemia y deberá ser tutelado por la Generalitat. El decreto ley aprobado el pasado 10 de septiembre ofrece diferentes interpretaciones al respecto y puede provocar discrepancias entre las partes a pesar de que no impide inicialmente las votaciones presenciales por la covid-19.

La presión sobre Bartomeu es máxima por la crisis social, deportiva y económica que vive el Barça. El agujero del club se ha cifrado en 97 millones y la deuda asciende a 820 millones; se han malvendido y prácticamente regalado futbolistas ante la necesidad de rebajar la masa salarial de la plantilla, cifrada en 636 millones la última temporada; los trabajadores y deportistas han recibido una notificación en la que se les comunica la necesidad de rebajar los sueldos; y la juez mantiene abierto el Barçagate, el caso de monitorización de las redes sociales que provocó la dimisión de seis directivos y la cúpula económica dirigida por Emili Rousaud.

La salida de la actual junta y por tanto su renuncia a agotar el mandato y, por extensión el adelantamiento de las elecciones obligaría a la junta entrante a cerrar el ejercicio económico ya en curso e iniciado por el consejo de Bartomeu. Y en el supuesto que se celebre el voto de censura se necesitará la participación del 10% de la masa social para que sea válido en una votación que deberá ser propuesta por el club a la Generalitat —la prioridad es que tenga la máxima descentralización y la máxima duración para evitar aglomeraciones de acuerdo con las recomendaciones sanitarias con motivo de la covid-19—.

El club azulgrana, de momento, ya ha expresado su malestar con la actuación de Josep Maria Vallbona, representante de la Federación Catalana de Fútbol y presidente de la mesa del voto de censura, por el procedimiento para la validación de las firmas y el trato dispensado a los trabajadores del Barça.


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