Hasta que la Junta Electoral del Athletic avale la candidatura de los tres aspirantes al sillón de Ibaigane vamos a poder rascar muy poco en la intención de los ‘presidenciables’. La estrategia les lleva a guardarse las mejores bazas para los últimos diez días de campaña. Cada movimiento cuenta. Es una partida de ajedrez.
A falta de conocer los nombres de los tres posibles entrenadores y directores deportivos, nos movemos en lugares comunes. Mensajes que hemos escuchado en muchas batallas electorales. La necesidad de que los mejores jugadores vascos estén en el Athletic, la innovación en Lezama, contratos por objetivos y Europa como meta del primer equipo, entre otros.
Mientras los precandidatos deshojan las margaritas y muestran sus jugadas, Jon Uriarte va ganando simpatizantes. Su edad y perfil le hacen diferente al de Barkala y Arechabaleta. Eso ya es algo distinto. Ahora queda por ver si eso es bueno o malo.
Lo que está claro es que sus oponentes se han puesto en guardia. El presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao y sus colaboradores ya le han lanzado unos cuantos dardos, lo que da a entender que les preocupa su irrupción.
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La puesta en escena del empresario tecnológico ha sido bien acogida, especialmente en redes sociales. Ya es un punto a favor, pero no deberían olvidar que la media de edad del socio rojiblanco ronda los 50 años y muchos de ellos ni han usado redes sociales ni quieren hacerlo. No pueden centrarse únicamente en el voto joven.
A estas alturas cada candidato tiene su etiqueta. El político profesional, el ligado a Vocento y a Uriarte ya le han atacado por su empresa All Iron Sports. Una especie de fondo de inversión, de la que es socio minoritario que le podría suponer un conflicto de intereses. Tendrá que explicarlo bien y que los socios le compren el mensaje.
Barkala representa el perfil más tradicional. Se ha rodeado de otros directivos con experiencia en otras presidencias, como Aldazabal, Mónica Durango o Carlos del Campo. Rostros conocidos que le pueden ayudar a sumar o perder votos en las urnas. Dependerá de las filias y fobias de cada uno.
Iñaki Arechabaleta adelantó que su plancha electoral iba a estar integrada por personas que nunca habían participado anteriormente en este circo. Era el candidato de la regeneración. La aparición de Uriarte puede robarle muchos votos, aunque para eso todavía es pronto. Las elecciones se ganan y se pierden en los últimos días de campaña.
Los socios del club bilbaíno decidirán el 24 de junio quién debe dirigir la nave rojiblanca los próximos cuatro años. Esperemos que, a pesar de ser viernes y San Juan, la gente se pase por San Mamés y participe en todo este proceso, tan irritante a veces como trascendente para conocer al presidente 33 en la historia del club.