Elon Musk se muda a Texas donde quiere crear Starbase, una nueva ciudad

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Al visionario, y a veces excéntrico, Elon Musk (49 años), fundador de Tesla y Space X, parece que la Tierra se le ha quedado pequeña y también lo han hecho las reglas que rigen para el común de los mortales. Los genios son así: impulsan descubrimientos, no se detienen ante lo que otros consideran estrepitosos fracasos y les importa bien poco lo que piensen de sus ideas lunáticas el resto de la gente, aunque eso a veces incluso haga que se refleje en la cuenta de resultados de las compañías que dirigen. Todo eso le ha pasado a Musk, que en su escalada de emprendedor, persona inteligente, jefe exigente, controlador y según muchos analistas algo sobrado de ego y con objetivos poco realistas.

Este lunes Elon Musk compartió una fotografía familiar en Twitter en la que aparecía junto a su actual pareja, la cantante y artista visual Grimes y el hijo que han tenido juntos y que cumplirá un año el próximo año, X Æ A-Xii, cuyo nombre sus padres explicaron así: “la X significaba la variable desconocida, la Æ se refiere a la ortografía élfica de Ai, que significa “amor y / o inteligencia artificial”, y el resto representa hace referencia al “precursor del SR-17 (el avión favorito de la pareja) porque no tiene armas, ni defensas, solo velocidad. Excelente en batalla pero no violento”, dijo la madre.

La fotografía está realizada en Texas, el lugar al que se trasladó a vivir el empresario el pasado mes de diciembre y desde donde la semana pasada anunció que piensa crear una ciudad que llamará Starbase. Así lo dijo en Twitter con un uno de esos característicos escuetos mensajes de Twitter con los que suelta las ideas más peregrinas y sus intenciones más firmes: “Creando la ciudad de Starbase, Texas. De allí a Marte, y de ahí a las estrellas”. Una declaración que lo que refleja, según una información publicada por el periódico Houston Chronicle, es su deseo de cambiar el nombre a Boca Chica Village, donde su compañía Space X está desarrollando y lanzando los prototipos de su nave espacial Starship, y que este lugar sea el núcleo para el nacimiento de una nueva ciudad en el sur de Texas.

Una aspiración que incluso ya ha tenido respuesta por parte del juez del condado de Cameron, Eddie Trevino, que en un comunicado publicado por varios medios locales ha manifestado: “Si SpaceX y Elon Musk quisieran seguir ese camino, deben cumplir con todos los estatutos de incorporación del estado. El estado de Cameron procesará cualquier petición ajustada a conformidad con la que ley aplicable al caso”.

Las extravagancias de Elon Musk, que a veces han costado dinero a sus compañías en bolsa, no parecen reñidas con la confianza que al final está otorgando el mercado a sus proyectos. Ni la crisis económica provocada por la pandemia ni la drástica disminución de las ventas de automóviles parecen haber detenido al empresario y a principios de este año se situó en el primer puesto de la lista de personas más ricas del mundo desbancando a Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon. Su fortuna se calcula en 195.000 millones de dólares (unos 160.000 millones de euros) y solo durante el año pasado el valor de las acciones de Tesla se incrementó en más de un 700%. Hechos que a veces sorprenden a sus competidores porque las unidades de fabricación de la firma –500.000 vehículos en 2020– siguen muy alejadas de las de otros de sus grandes rivales dentro de la industria del motor sin que ello impida la expectación que generan los vehículos de la marca de coches eléctricos.

Esos son sus planes más terrenales pero Elon Musk ya tiene la vista puesta en el espacio, por eso cada vez pasa más tiempo en Texas donde está su división espacial, Space X, y desde donde trabaja desarrollando nuevos cohetes a los que la Luna les queda demasiado cerca porque Musk piensa en Marte y en las estrellas. También lo hace en un nuevo proyecto del que es impulsor, Neuralink, una start-up que investiga cómo vincular el cerebro humano a internet.

Elon Musk es fruto del matrimonio de Errol, ingeniero, con Maye Musk, modelo y licenciada en dietética, que se ha convertido en todo un icono de estilo en su década de los setenta años y en imagen de numerosas campañas publicitarias, tras 50 años de carrera. La pareja se casó en Sudáfrica en 1970 y se separaron nueve años después tras tener tres hijos: Elon, Kimbal y Tosca. Al distanciarse el matrimonio también lo hizo el resto de la familia. Tosca –que actualmente es directora de cine y productora–, se quedó a vivir con su madre, y los dos chicos se trasladaron a Pretoria con su padre durante su adolescencia. Más tarde la madre y los tres hermanos se reunieron en Toronto, poco después de que Elon se fuera a Canadá con 17 años persiguiendo su pasión por la tecnología. Allí, según un perfil publicado en la revista Business Insider, llegaron a vivir en un apartamento semivacío en el que no tenían ni para comprar sillas.

Repasando la vida de Elon Musk se podría afirmar que ser un triunfador en los negocios no garantiza el mismo éxito en la vida sentimental. A su primera esposa, Justine Wilson, la conoció en la universidad de Ontario y terminó por conquistarla, tiempo más tarde, dejándole su ya poderosa tarjeta de crédito para que comprara todos los libros que la escritora quisiera. Se casaron en el año 2000 y se divorciaron en 2008 cuando el magnate comenzó a salir con la actriz Talulah Riley, que tenía 20 años cuando se conocieron. Tampoco esta relación, que fue tempestuosa desde sus inicios, corrió mejor suerte: se selló con un matrimonio en 2010, un divorcio dos años más tarde, una nueva boda en 2013 y otro divorcio en 2016.

Mantuvo una relación con la también actriz Amber Heard, después de que esta se separara de Johnny Depp, el capitán Jack Sparrow de la saga cinematográfica Piratas del Caribe. La ruptura llegó en 2017, solo un año después de conocerse que eran pareja. “Nunca seré feliz si no tengo a nadie. Irme a dormir solo me mata. Estar en esa gran casa vacía oyendo el eco de mis propias huellas, y nadie en la almohada de la lado…”, fueron las palabras con las que Elon Musk retrató sus inquietudes personales en una entrevista para Rolling Stone. Ahora comparte su vida con Grimes y el último de sus seis hijos, mientras sigue mirando a Marte y las estrellas.




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