Joel Embiid jugó un buen partido en Canadá pero no dejó de tocarse el pulgar derecho que se dañó durante el tercer encuentro de la eliminatoria de primera ronda de playoffs entre los Philadelphia 76ers y los Toronto Raptors. Los canadienses evitaron anoche su eliminación con un triunfo por 110-102 que puso el 3-1 en la eliminatoria y obligará a los Sixers a intentar remachar en casa.
Precisamente será en Philly donde Embiid pasará una nueva revisión médica para confirmar el alcance de una lesión molesta pero no definitiva. Jugó anoche y volverá a jugar diga lo que diga la resonancia magnética que se hará este domingo en Pensilvania. Así lo confirmó Doc Rivers, su entrenador: “No es gran cosa, sabemos ya lo que es, pero nos vamos a asegurar. No hay mucho que hacer”.
Los Sixers creen que Embiid tiene dañado el ligamento del pulgar derecho, una lesión que no evitó que anoche cosechara 21 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias en 39 minutos de juego. Tampoco le hizo cambiar su habitual actitud combativa contra los árbitros, de quienes se despidió pidiendo una irónica ovación, aplaudiendo y haciendo aspavientos con las manos.
El gesto podría acarrearle una sanción económica, aunque eso es lo que menos preocupa a unos Sixers poco convincentes a pesar de su dominio en la eliminatoria. Tras el partido, el camerunés se mostró muy crítico con los árbitros y agrando probablemente la dimensión de la probable multa de la liga. “Creo que debían hacer un trabajo y lo han logrado”, dijo sobre los colegiados.
La lesión de Embiid, quizás anecdótica contra Toronto, puede lastrar sus opciones al título y Rivers se resignó sobre este asunto en rueda de prensa: “Claro que estamos preocupados, pero es lo que hay. Lo único que sabemos es que no puede empeorar”. El jugador dijo que no pensaba perderse los playoffs aunque las pruebas de este domingo digan que debe pasar por quirófano para curar su mano. Son nubarrones en el horizonte para Philly.