El primer lunes de 2022 no fue un lunes cualquiera en Emiratos Árabes Unidos (EAU). El país estrenaba una nueva semana laboral (más corta) tras haber trasladado el fin de semana al sábado y domingo, después de años de descansar en viernes-sábado. Al menos, en el sector público y en el sistema educativo. Para el sector privado los cambios son opcionales. Se trata, con todo, de una decisión atrevida en una cultura donde el viernes es el día sagrado.
Colegios, oficinas bancarias y empresas de servicios ya han anunciado sus nuevos horarios de apertura. Sin embargo, hay compañías indecisas, lo que ha dejado a algunos padres en la tesitura de seguir trabajando en domingo con los niños en casa. En un conocido hospital aún no es posible hacer citas en viernes porque no han actualizado los turnos (“tal vez a partir de la próxima semana”, se disculpan).
La adopción de sábado y domingo como fin de semana se barajaba desde hace tiempo. La discrepancia con la mayoría de los países del mundo reducía la semana comercial a cuatro días, de lunes a jueves. Ahora, en un entorno de creciente competencia a resultas de la pandemia y el despertar de Arabia Saudí (el peso pesado regional), EAU ha decidido dar el paso y romper con lo que es la norma en el resto de las monarquías del Golfo.
El objetivo del cambio, según la Oficina de Prensa del Gobierno federal, es “alinear mejor a Emiratos con los mercados globales, reflejando la posición estratégica del país en el mapa económico mundial”. Los dirigentes apuestan por que eliminar la brecha del fin de semana facilite los negocios y mejore la competitividad.
No ha habido críticas públicas. Pero si el mundo empresarial ha recibido la medida con satisfacción, socialmente era un asunto delicado. Desde su independencia en 1971, EAU, al igual que otros países de mayoría musulmana, instituyó el descanso semanal en viernes, día de la oración comunal. El fin de semana se amplió al jueves en 1999, cuando se redujo a cinco días la semana laboral (del sector público), aunque seis años más tarde se cambió a viernes-sábado por los mismos motivos que se aducen ahora. Solo que entonces no se tocó el día clave.
Esta vez la potencial oposición a mover el asueto de viernes a domingo se ha evitado con dos medidas: estableciendo la media jornada el viernes y fijando la hora de las plegarias a las 13.15 durante todo el año (en vez de guiarse por el mediodía solar, como es lo habitual).
Desde principios de año, los empleados públicos tienen jornada completa de lunes a jueves y el viernes terminan a las 12.00. Para compensar esa tarde libre, se ha alargado 90 minutos el horario del resto de los días, de 7.30 a 15.30, en vez de hasta las 14.00 anteriores. Además, los viernes tienen la opción de horario flexible o de trabajar desde casa.
Las Administraciones locales de Abu Dabi y Dubái, los dos principales emiratos, se sumaron de inmediato a la propuesta del Gobierno federal. El más conservador, Sharjah, ha respondido no obstante con un órdago. En ese principado, el fin de semana de los funcionarios se extenderá tres días completos, de viernes a domingo.
Los responsables emiratíes han expresado su confianza en que el nuevo fin de semana largo “impulse la productividad y mejore el equilibrio entre la vida laboral y personal”. Así que Sharjah jugaría con ventaja. Resulta improbable, sin embargo, que las empresas privadas renuncien a la semana de 48 horas que permite la ley.
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