Un día como hoy, 18 de mayo, del año pasado, la Real ya había acabado su temporada y la mayoría de sus jugadores, salvo algún internacional, estaba de vacaciones. En el presente 2020, COVID-19 mediante, quedan 11 partidos de Liga por disputarse y el final de la competición, si es que ése existe, tendrá lugar dentro de más de dos meses. Los jugadores, en lugar de estar recogiendo enseres en Zubieta y eligiendo destino vacacional, se están entrenando en las instalaciones con guantes, mascarillas y sin poder utilizar las zonas comunes para un ‘rush’ final de Liga que todavía no tiene fecha concreta.
Ésta era la semana definitiva. Con la normalidad antigua, anteayer se habría disputado el último encuentro en Anoeta, contra el Sevilla, y se habría hecho un merecido homenaje de despedida a Zurutuza, a la altura del que se dedicó a Aranburu, Mikel
González, Xabi
Prieto y Carlos
Martínez. El mediapunta no lo tendrá, a no ser de que cuaje esa idea de renovarle por una temporada para que pueda estar en la plantilla que dispute la final de Copa.
A estas alturas, la Real estaría preparando con celo y mimo el duelo definitivo contra el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, en el que podría definir sus opciones europeas. Lo normal es que tuviera algo en juego: ser equipo de Champions o Europa League, ser tercero o cuarto, ser equipo continental o no… Irían con la confianza de haber ganado ya a los colchoneros (2-0) en la primera vuelta en Anoeta; pero esa emoción queda aplazada hasta finales de julio, si el coronavirus lo permite.
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