A muchos aficionados del motor se les saltó alguna lágrima este jueves. Era difícil contener la emoción. Un mito de las dos ruedas, tricampeón del Mundial de Motociclismo en la categoría de 500cc en 1990, 1991 y 1992, fue el gran protagonistas del Goodwood Festival Of Speed dejando una imagen para la historia. Se trata de Wayne Rainey. El piloto californiano, a sus 61 años, se volvió a subir a su Yamaha YZR 500 29 años después del accidente que sufrió en Misano el 5 de septiembre de 1993, que le dejó en una silla de ruedas.
Este jueves, el piloto californiano volvió a pilotar aquella Yamaha ante los ojos de un público de Goodwood entregado que solo podía que aplaudir ante la leyenda americana, que volvía a gozar como un chaval, dando varios acelerones para volver a disfrutar de las sensaciones que le daba la potencia de aquella máquina, recordando muchos de los momentos que vivió encima de ella.
La Yamaha YZR 500 fue adaptada a su paraplejia, eliminando las palancas de freno y de cambio ubicadas en los estribos para que así Rainey pudiera pilotarla para completar los 1,8 kilómetros de recorrido del famoso circuito de exhibición de este festival, inaugurado por Lord March en 1993 dentro de una de sus propiedades. Rainey emocionó este jueves a todo el público del Reino Unido, gran amante del motor, que este fin de semana ve de nuevo pasar en este icónico y especial trazado a los mejores coches de la actualidad y del pasado.
Esta no es la primera vez que Rainey pilota una moto tras su accidente, pero sí su Yamaha mundialista. Wayne volvió a lomos de una moto en 2019, como motivo del ‘The Sound of Engines’ de Suzuka. Allí, escoltado por Kenny Roberts y Eddie Lawson, volvió a pilotar 26 años después, en este caso una Yamaha YZF-R1 adaptada.