El pasado domingo, en la rueda de prensa oficial de la FIA para los tres integrantes del podio del GP de Canadá de F1, en motivo el Día del Padre, un periodista le preguntó a Max Verstappen, Lewis Hamilton y Fernando Alonso por el rol que asumió el padre de cada uno durante sus carreras, especialmente en los inicios en el karting. La respuesta del asturiano fue emotiva y habla por sí sola de trabajo, esfuerzo y perseguir unos sueños que, por muy imposibles que parezcan, pueden cumplirse si sobra talento y hay perseverancia. Fernando no esconde que su padre le inculcó unos valores concretos pensando en que su vida sería muy diferente a a que tiene ahora, que no sería piloto profesional de F1. Parecía imposible que aquel pequeño chaval de Oviedo, nacido en el seno de una familia trabajadora y humilde, algún día llegara a ser piloto de F1. Más todavía, campeón del mundo. Pero lo logró.
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“No es el día del Padre en España, en España es marzo, creo. Pero de todos modos, felicidades a mi padre… Sí mi padre es diferente, no tiene ningún talento para conducir”, comentaba después de que Max Verstappen hablara de su padre, ex piloto de F1 que le inculcó su pasión de pequeño con una estricta formación en los karts pensando en hacer de su hijo el campeón es que es hoy día.
“Y entonces sí, él me enseñó y me educó de diferentes maneras y más para diferentes cosas en la vida. Cuando yo era un niño, él no tenía la visión de que yo me iba a convertir en un piloto profesional. Sí, estaba compitiendo en karts y en diferentes cosas, pero él solo pensaba que eso terminaría pronto. Y, ya sabes, mi vida sería completamente opuesta al deporte profesional. Entonces él siempre fue muy… con los pies en el suelo, digamos, y enseñándome todas las cosas y otros valores porque era difícil creer que yo pudiera llegar a la Fórmula 1 algún día. Esa es la belleza de nuestra historia”, expresó Fernando Alonso.
José Luís Alonso, padre de Fernando, es un gran amante de los karts y le construyó uno con sus propias manos para Lorena, la hermana mayor de Fernando, vehículo que pronto heredó el ahora piloto. José Luís le tuvo que adaptar los pedales para que el pequeño Fernando pudiera llegar y poder conducir ese rudimentario kart con los colores del McLaren-Honda de Ayrton Senna. A partir de aquí, su padre fue una figura fundamental en su ascenso hacia la F1. Tuvo que multiplicarse para llevar por Europa a su hijo, sin faltar a una sola carrera, en momentos en los que la victoria era la única salvación para que Fernando pudiera pilotar un fin de semana más. Un ejemplo de lucha por un sueño de un niño que parecía imposible.