Valencia y Leganés firmaron tablas en un encuentro en el que los locales no apretaron hasta los últimos minutos y en el que los visitantes, pese a no haber puntuado aún, demostraron personalidad para lograr empatar tras haber adelantado Parejo a los suyos después de un penalti más que dudoso.
El choque empezó con protestas contra Peter Lim por el despido de Marcelino. Los cánticos exigiéndole su marcha fueron mayoritarios y más aún cuando acabó el partido con una última opción del visitante Rodrigues. Hubo pañolada y pitos de la grada para el propietario y aplausos a los jugadores.
El Valencia estuvo muy despistado atrás. Antes y después del 1-0, que llegó tras una buena jugada individual de Rodrigo, que se desplomó en el área al sentir un contacto con Rubén Pérez. Estrada Fernández no lo dudó pero De Burgos Bengoetxea, al mando del VAR, tardó mucho más en validarlo. De hecho, si no lo hubiera hecho no habría pasado nada. Parejo no falló.
Pero el Leganés no se vino abajo. Un zapatazo de Óscar en una falta directa hizo temblar uno de los palos locales y tras un corner Braithwaite remató sólo pero la picó mucho. Pero tras la pausa para rehidratarse, Óscar empató tras un balón que rebotó en Guido.
Tras el descanso, el conjunto madrileño siguió tuteando a los locales hasta que con la entrada de Kang In, Albert Celades dio la señal a su equipo para empezar el asedio.
Más allá de la intención y de algún buen pase de Parejo, de inicio hubo poco más. El conjunto de Mauricio Pellegrino se defendió con orden y oficio y no renunció al ataque.
Las opciones locales llegaron en los últimos minutos. Bustinza, con mucho oficio, sacó con los brazos pegados al cuerpo un disparo a bocajarro de Garay y en la siguiente Rodrigo no pudo arrancar para rematar un centro de Ferran que le dejó solo. Nunca se sabrá qué habría pasado con Marcelino en el banco local. Eso ya es ciencia ficción.
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