Un tribunal de la ciudad indonesia de Surabaya ha iniciado este lunes el juicio contra cinco acusados de negligencia durante los disturbios en un estadio de fútbol, que dejó más de 135 muertos y medio millar de heridos tras un partido disputado el pasado octubre.
El juicio, cuya duración es incierta, empezó hoy en la corte de Surabaya, en la provincia de Java Oriental, en medio de una reforzada seguridad a fin de evitar posibles protestas, razón por la que la corte también ha limitado el número de asistentes y periodistas, al tiempo que prohibió la transmisión en tiempo real de la sesión.
Según los documentos adjuntados al proceso, los cinco acusados, entre ellos tres policías, serán juzgados por presunta negligencia en los hechos del pasado 1 de octubre, cuando una multitud irrumpió en el campo durante un partido celebrado en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang y se enfrentó a las fuerzas de seguridad, que respondieron con bombas de gas lacrimógeno y causaron el pánico.
La violenta respuesta provocó una estampida generalizada que culminó en unos 137 muertos, entre ellos más de 30 menores, y más de 460 heridos, en lo que es considerada una de las peores tragedias en la historia del fútbol mundial.
Los cinco acusados por su presunta responsabilidad en la caótica reacción a la invasión del césped son el presidente del comité organizador del club Arema, Abdul Haris; el jefe de seguridad del estadio, Suko Sutrisno; el comandante de una Brigada Móvil de la Policía de Java Oriental, Hasdarmawan; el jefe de la sección de Operaciones de la Policía de Malang, Wahyu Setyo Pranoto, y el jefe de la Policía de Malang, Bambang Sidik Achmadi.
Los acusados declararán ante la justicia vía teleconferencia y se prevé que el juicio, en el que unos 140 testigos también deberán ser escuchados, se celebre en formato “maratón”, con audiencias previstas tres veces a la semana.
Tras la tragedia de Malang, cuyas imágenes de terror dieron la vuelta al mundo, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, anunció la creación de una comisión independiente para determinar los responsables del fatal desenlace y averiguar la actuación de la policía.
En el marco de las investigaciones, las autoridades ya han podido detectar una serie de errores de las fuerzas policiales durante la celebración del partido, disputado entre el equipo local Arema y el visitante Persebaya Surabaya, como el cierre parcial de algunas de las salidas y otros fallos en la seguridad del estadio que no se habían resuelto desde 2020.
Asimismo, determinaron que muchas de las víctimas perecieron de asfixia y por fracturas cuando trataron de escapar debido a la gran aglomeración de personas que se produjo tras el lanzamiento del gas lacrimógeno, apuntado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Indonesia como el principal desencadenante de la estampida.
La tragedia igualmente llevó a la creación de un grupo de trabajo conjunto entre el Gobierno indonesio y la FIFA a fin de mejorar las medidas de seguridad en los estadios, en momentos en que el país asiático se prepara para albergar la Copa Mundial sub-20, que se celebrará entre mayo y junio próximos.