Ayer dio positivo al coronavirus, lo contó en público afirmando que se siente bien, se sacó el barbijo y recordó que toma hidroxicloroquina contra el Covid-19 . Hoy también: el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió en que está “muy bien” y fue más explícito aún para atribuirlo a la hidroxicloroquina, mientras se mostró confiado en “vivir aún mucho tiempo”.
Por lo pronto, su contagio precipitó a decenas de empresarios y funcionarios que estuvieron con Bolsonaro en los últimos días a realizarse el test de Covid-19, y a esperar el resultado en confinamiento domiciliario.
Como a los altos cargos de Embraer, Bradesco, BRF, Minerva Foods, Localiza, Caoa, Cosan, MRV, HapVida, y el presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), Paulo Skaf, la mayoría, con edades que superan los 60 años. Habían participado de una reunión en nombre del Consejo de Diálogo de Brasil –un grupo de 50 representantes de grandes empresas fundadas por Skaf para discutir cuestiones económicas con las autoridades de Brasilia-.
D- Aos que torcem contra a Hidroxicloroquina, mas não apresentam alternativas, lamento informar que estou muito bem com seu uso e, com a graça de Deus, viverei ainda por muito tempo. pic.twitter.com/koydDXoHUT
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro)
July 8, 2020
Por lo pronto, hoy con varios mensajes en las redes sociales, el mandatario se refirió al coronavirus y lamentó que se critique a la hidroxicloroquina sin proponer “alternativas”: “Lamento informarles que estoy muy bien con su uso y, si Dios quiere, viviré aún mucho tiempo”.
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El propio Bolsonaro había aprobado un protocolo a fin de mayo para que, previo consentimiento del paciente, se administre cloroquina a los enfermos de Covid-19.
También defendió las medidas adoptadas por su gobierno frente al Covid-19, al alegar que “se salvaron vidas y empleos sin propagar el pánico, que también lleva a la depresión y a la muerte”. “Siempre he dicho que el combate contra el virus no podía tener un efecto colateral peor que el propio virus”, opinó el jefe de Estado del segundo país más impactado por la pandemia, con 1.674.655 infectados y 66.868 muertos.
El presidente describió que las medidas de confinamiento decretadas a nivel estatal y local sólo tuvieron como objetivo “retrasar el contagio” y ganar tiempo hasta que los hospitales pudiesen prepararse, recibiendo nuevos respiradores y habilitando camas en unidades de cuidados intensivos.
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