En 2021 hubo más televisión que nunca (otra vez)

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En 2020, y por primera vez en 13 años, las series que se produjeron en Estados Unidos fueron menos que el año anterior. Ya entonces los expertos alertaban de que era pronto para proclamar el final de la tendencia ascendente que se había observado desde 2008. La pandemia, o más exactamente, el parón en la producción en los primeros meses de la crisis sanitaria y las dificultades para retomar los rodajes en la nueva normalidad, eran la explicación más evidente para ese frenazo. Un informe que publica la revista especializada Variety demuestra que el ritmo de producción no solo se ha recuperado en 2021, sino que ha aumentado considerablemente, con las plataformas de internet y la no ficción como principales impulsores de ese aumento.

Los datos demuestran que lo que John Landgraf, presidente del canal estadounidense FX y uno de los grandes oráculos de la televisión actual, calificó en 2015 como la era del peak tv (pico de la televisión) todavía no ha llegado a su punto más alto. Según el informe de Variety, ese año se emitieron en Estados Unidos un total de 1.461 programas de ficción y no ficción en la televisión en abierto, de pago y plataformas. “Simplemente, hay demasiada televisión”, decía entonces Landgraf. En 2021, esa cifra asciende a un total de 1.923. El máximo histórico… por el momento. El crecimiento es impresionante sobre todo si se tiene en cuenta que en 2020 la cifra fue de 1.577, lo que supone un aumento del 22%. En 2019, el año antes del covid y en el que se marcó el anterior récord, el total fue de 1.628.

Uno de los principales motivos de este incremento es el surgimiento de nuevas plataformas, con su correspondiente necesidad de contenido original. Por eso, por primera vez, los programas estrenados en servicios digitales de pago (911) fueron más que los que se emitieron en los canales de cable (726), y muchos más que los de la televisión en abierto (207) o plataformas gratuitas (68). En 2021 se lanzaron servicios como Discovery+, especializado en no ficción, mientras que otros, como Paramount+ (la antigua CBS All Access), se han expandido. Incluso hay plataformas de pago vinculadas a canales de cable, como el caso de HBO Max y HBO. Al mismo tiempo, servicios ya asentados han aumentado su producción para intentar captar nuevos suscriptores y alimentar la necesidad de nuevo contenido de los ya suscritos.

Una pregunta frecuente al ver estas cifras es si es sostenible una industria que produce a este ritmo. “Creo que el debate sobre la sostenibilidad pierde un poco de sentido desde la perspectiva de las plataformas”, defiende Elena Neira, profesora de Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya y autora del libro Streaming Wars. “La televisión lineal tenía sus limitaciones de espacio horario y la cuota se repartía en torno a un puñado de cadenas. El sistema estaba pensado para responder a unas normas básicas de oferta y de demanda. Las plataformas, en realidad, no programan pensando en los espectadores en general, sino en sus clientes en particular. Funcionan como ecosistemas cerrados en los que el volumen de contenido es la gasolina de su estabilidad y aumento de suscriptores. Las que producen mucho tienen mejores estadísticas de retención y de crecimiento. Por eso, creo que estamos todavía bastante lejos de tocar techo”.

Por géneros, la no ficción es el que mayor crecimiento ha experimentado respecto al año pasado: de 929 programas en 2020 a 1.171 en 2021. La no ficción representa el 61% de todos los programas que se produjeron en 2021 en Estados Unidos, según este informe. Un total de 491 de esas producciones se han visto en plataformas de pago, pero el cable sigue dominando en la no ficción, con 581 programas en total. El drama también ha crecido, de 428 a 484 títulos este año, y la animación se ha duplicado, pasando de 39 programas en 2020 a 84 en 2021, posiblemente alentada por las facilidades de producción de estas series en tiempos de pandemia. En el caso de los dramas, los servicios de streaming superaron a los canales de cable en 2018, y en 2021 ya se han podido ver tres veces más dramas en las plataformas (311) que en los canales de pago (95).

Aunque parecería lógico que este incremento incesante de la producción televisiva llegue a su fin en algún momento, para el analista de medios Gavin Bridge los datos de este año sugieren que el pico no llegará hasta dentro de un par de años. “Las plataformas están actualmente en una carrera para lograr más suscriptores y satisfacer las expectativas de Wall Street, lo que supondrá más producción original en 2022. […] No sería una sorpresa que el total de series originales en 2022 supere las 2.000 por primera vez en la historia”, escribe en Variety.

En España, la ficción prefiere las plataformas

Mientras, en España la situación no es muy diferente en lo que se refiere al reparto entre plataformas y canales tradicionales. Según el Informe sobre la Producción de Ficción a Nivel Mundial en 2021 que elabora Teleformat, el observatorio internacional de tendencias y formatos televisivos de la consultora Geca, el número de series de ficción estrenadas en 2021 en España descendió respecto a 2020, pasando de 45 a 36. Por géneros, el drama sigue siendo el predominante, con un fuerte crecimiento de la dramedia (combinación de drama y comedia). Pero lo que llama la atención es el gran aumento de producciones de ficción para plataformas, que se lleva casi dos tercios de la producción de ficción total en España: 23 series se estrenaron en plataformas digitales frente a 13 en los canales tradicionales. Esto acerca el modelo español al estadounidense y lo aleja del resto de países europeos, donde la televisión lineal sigue siendo el lugar preferido para la ficción televisiva.

“En nuestro país, la pérdida de tracción de la ficción en televisión diría que es anterior a la eclosión de las plataformas”, explica Elena Neira. “A excepción de las series diarias y de fenómenos como el de las series turcas, aquí la consolidación de un modelo de televisión en abierto basado en programas de entretenimiento (magacines, realities, programas de búsqueda de talentos…) generó un caldo de cultivo idóneo para que el traspaso de audiencias de ficción hacia el streaming fuese más rápido y significativo”, remata.

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