En las buenas y en las malas, siempre Pedri. El joven futbolista del Barça se ha doctorado en esta Eurocopa, irremplazable para Luis Enrique. Aún tiene cuerpo de juvenil pero su cabeza va a otro ritmo. No le ha pesado la responsabilidad en su debut con España, buena noticia si se repara que solo tiene 18 años. Ocurre que ha jugado todos los partidos desde que debutó en La Cartuja hasta llegar a Wembley, inaudito para un chico que apenas suma un año en la élite. En el Camp Nou ha crecido y este verano se ha doctorado, siempre a la altura de las circunstancias.
A tan temprana edad aún está en desarrollo pero el futbolista canario ha probado en la Eurocopa que a veces el cansancio tiene más que ver con la cabeza que con las piernas. Al lado de Busquets, mentor inmejorable, Pedri se ha sentido cómodo y con capacidad para dirigir también a la selección. Palabras mayores. Su despliegue físico sorprende a propios y extraños: es el futbolista que más kilómetros ha recorrido durante el torneo, estadística a tener en cuenta tras haberlo jugado casi todo también con el Barça. Busquets y Koke no completaron el partido. Adivinen quién sí.
La carga de minutos, sin embargo, preocupa a Koeman. Después de la Eurocopa, Pedri se va a Tokio. Al jugador le ilusiona acudir a la cita olímpica y el Barça no puede prohibirle un viaje que va a cargarle todavía con más minutos: “Yo le recomiendo que vaya, es una experiencia única”, dijo Xavi hace poco. Ojalá pueda con todo. Hasta ahora le ha alcanzado para triunfar con su club y con la selección. Pedri parece incombustible, pero mejor no tentar a la suerte.
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