En Morelos hay un zapatismo rebelde que ha tenido disputas con AMLO y no los quiere escuchar: historiadores

Zapata fue el jefe de los insumisos y es símbolo de las luchas honestas y dignas del pueblo trabajador mexicano, apuntó Edgar Rojano.

A 100 años de su asesinato, el líder de la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata, continúa siendo una figura de lucha social y las bases zapatistas al oriente de Morelos han tenido disputas con el presidente Andrés Manuel López Obrador por la operación de la termoeléctrica de Huexca.

Este 10 de abril  la Presidencia de la República y el gobierno estatal informaron que AMLO acudirá a Cuernavaca para el acto luctuoso del Caudillo del Sur debido a que no hubo las condiciones para que estuviera presente en la conmemoración de Cuautla.

“Es rehusar a escuchar las protestas del pueblo del oriente de Morelos que fue la zona nuclear del zapatismo. Es sintomático que haya luchas sociales que el actual presidente no quiera escuchar“, consideró en entrevista para Aristegui En Vivo el antropólogo Francisco Pineda Gómez. 

El exdirector del Museo de la Revolución e historiador, Edgar Rojano, coincidió en que existe un zapatismo rebelde en las comunidades de Huexca que no coincide con el gobierno de AMLO. 

“En las comunidades de Huexca también hay un zapatismo, una postura rebelde ante una decisión del poder y que tiene sus raíces en la historia de cómo Zapata jamás se rindió o negoció sus ideales en aras de una paz falsa”, detalló Rojano. 

El Caudillo del Sur combatió a los gobiernos de Francisco I. Madero, Victoriano Huerta y Venustiano Carranza. Tras varios intentos, fue asesinado el 10 de abril de 1919 en la Hacienda de Chinameca. 

Rojano recordó las palabras que se leían en las páginas del periódico Excélsior de ese entonces: Muerto Zapata, ha muerto el zapatismo’. Sin embargo, para el autor de Las cenizas del zapatismo, la prensa estaba muy equivocada aunque “hoy estamos en efecto conmemorando su centenario luctuoso”. 

Ambos historiadores coincidieron en que Zapata fue un personaje que jamás se rindió ni se entregó al poder.

Pineda Gómez  incluso recordó que tras un fallido intento para asesinar al general en 1911, el régimen de Porfirio Díaz intentó comprarlo con dinero, a lo que el líder campesino respondió con una carta para defender su honradez y la toma de Cuautla para evidenciar “el indigno” intento de soborno.

“Emiliano Zapata se convierte en símbolo de las luchas del pueblo mexicano, del símbolo de la dignidad y la honradez no nada más por ser campesino sino por ser una persona humilde, honrada y digna que nunca se rindió”, señaló el antropólogo y autor de La irrupción zapatista 1911. 

“Zapata fue el jefe de los insumisos y es símbolo de las luchas honestas y dignas del pueblo trabajador mexicano”, agregó por su parte Rojano. 




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