Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía, presentó este miércoles en la mañanera los que serían los puntos claves de la propuesta de México a Estados Unidos y Canadá para fortalecer el comercio y desarrollo económico en la región de América del Norte.
La visión, compartida en Palacio Nacional, es “convertir a América del Norte en el bloque más seguro, productivo y competitivo del mundo”, propuesta que intenta frenar las amenazas arancelarias del 25% lanzadas a México y Canadá por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a inicio de esta semana.
Ante las polémicas declaraciones de Trump, mismas que han generado reservas en los mercados financieros, tanto Ebrard como la presidenta Claudia Sheinbaum, señalaron que la amenaza también perjudicaría también la economía de Estados Unidos, por lo que plantearán a Trump y su gabinete una alternativa de colaboración y mayor integración económica de los tres países que integran al T-MEC.
Para respaldar el planteamiento, se destacó que el comercio interregional entre los tres países, entre enero y septiembre de 2024, fue de mil 776.5 millones de dólares, lo equivalente al 30% del Producto Interno Bruto (PIB) Mundial, constatando la fortaleza del tratado.
“Si nos pone una tarifa, nosotros ponemos otra, Canadá otra, pues va a ser una división de nunca acabar”, aseguró Ebrard, destacando en la presentación que lo que se encuentra en la mesa es “elegir entre fragmentos con tarifas, debilitando nuestras economías, o construir juntos una región fuerte, competitiva y preparada para liderar el futuro”
Finalmente, destacó tres puntos que buscan volver a la región más próspera y competitiva por medio de este plan que México propondrá:
1. Estabilidad regional: Cooperación estratégica en seguridad, migración y gobernanza para garantizar una región confiable y segura.
2. Prosperidad compartida: Crear empleos bien remunerados mediante inversión en infraestructura crítica (fronteras modernas, energía limpia y transporte eficiente).
3. Competitividad global: Las tarifas fragmentan la industria integrada, encarecen la producción y debilitan la región frente a Asia y Europa, por lo que se propone optimizar las cadenas regionales de suministro, mantener costos bajos y garantizar que los productos de la zona lideren los mercados globales.
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