¿En qué momento ‘Lolita’ dejó de ser la historia de una obsesión para convertirse en un romance?

Sue Lyon, que interpretó a Lolita en la película de Stanley Kubrick, posa en su vivienda de Los Ángeles en 1982.
Sue Lyon, que interpretó a Lolita en la película de Stanley Kubrick, posa en su vivienda de Los Ángeles en 1982.Nik Wheeler

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía”. Así comienza la más famosa novela de Vladimir Nabokov. El libro, publicado por primera vez en 1955, ha sido adaptado varias veces al cine y ha encontrado sitio también en la cultura pop, desde la moda japonesa hasta las canciones de Lana del Rey. La libertad que ofrece su lectura ha sido tema central del libro Leer ‘Lolita’ en Teherán, de Azar Nafisi, y de la película La librería, de Isabel Coixet. No obstante, la humorista estadounidense Jamie Loftus hace una pregunta bastante seria: “¿En qué momento Lolita dejó de ser una historia de obsesión y abuso para convertirse en un romance trágico en el ideario popular?”.

Esa es la idea que está detrás de The Lolita Cast, un podcast en inglés de 10 episodios en los que Loftus recorre la evolución de la obra de Nabokov. La autora, conocida sobre todo como humorista, advierte en el primer episodio de que “discutir sobre el libro es un campo minado”. Y aunque opina que este deja un fuerte mensaje condenatorio contra la pedofilia, considera necesario examinar su complejo legado cultural.

La estadounidense, que leyó la novela por primera vez a los 12 años, comenta en una entrevista con Babelia realizada por videollamada desde su hogar en California que el podcast nació como un proyecto durante la pandemia. “Decidí que iba a hacerlo en mayo y me llevó seis meses de investigación”, explica, añadiendo entre risas que quizá debería haber ocupado su tiempo en algo más ligero y ameno. “Una vez que sentí que había comprendido el libro, mi meta fue ver las distintas maneras en que la obra ha sido sacada de contexto”.

Lolita trata sobre Humbert Humbert, un intelectual europeo que vive en un pequeño pueblo estadounidense. Allí se obsesiona con Dolores Haze, apodada Lolita, la hija de 12 años de su casera. Entre la suerte y la maquinación, Humbert se convierte en el tutor legal de la niña y se la lleva en un viaje sin retorno. Es él quien actúa como narrador, rememorando los hechos desde la cárcel, y quien busca la simpatía del lector comparándose a sí mismo con Poe o Dante y haciendo un paralelismo entre la joven Haze y un amor perdido de su pasado. Loftus subraya que tanto estas excusas que esgrime el personaje como el prólogo ficticio de un psiquiatra que antecede a la novela son pruebas claras de que Nabokov quería dejar claro que la narración de Humbert no es de fiar.

Javier Aparicio Maydeu, catedrático de Literatura Comparada de la Universitat Pompeu Fabra, que ha publicado ¡Mira los arlequines!, Vladimir Nabokov y otros libros sobre el autor, resalta que “ninguna gran obra es nunca objeto de una sola interpretación, y que la ambigüedad es consustancial al talento artístico”. No obstante, sobre el caso de Lolita, indica que es “novela provocadora, perversa y traviesa respecto a los cánones, tanto los de la ética como los de la narrativa”.

Durante su investigación, Loftus acudió a fuentes muy diversas, desde Brian Boyd, biógrafo de Nabokov, hasta supervivientes de abuso infantil. Siete de los 10 episodios de la serie ya se han publicado y en ellos se hace un repaso cronológico a la historia del libro, que comienza en El hechicero, una novela corta que Nabokov escribió en 1939 y que se considera precursora de Lolita, continúa con su fortuita publicación en París lejos de los censores de Washington y sigue con la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick en 1962, otro largometraje de Adrian Lyle en 1997 protagonizado por Jeremy Irons y Dominique Swan, y otras cuantas versiones fallidas entre ambas en las que resaltan nombres como el dramaturgo Edward Albee y el compositor John Barry, quien pretendió llevar el libro a Broadway.

El caso de la niña que inspiró ‘Lolita’

“Las películas establecieron una especie de estética falsa alrededor de la historia”, comenta la realizadora del podcast, “que hace que la relación entre los personajes parezca consensuada: mantiene la parte lasciva, pero pone a Dolores como participante activa y dispuesta”. Loftus opina que Kubrick quiso hacer de Lolita algo más ligero y divertido para atraer a la audiencia de la época. Mientras que la versión de los noventa dirigida por Lyle “le revolvió el estómago”. “Nunca una adaptación se centró tanto en los detalles del libro, pero a la vez que no entendía la trama”, apunta la realizadora.

Aparicio Maydeu recuerda que las comparaciones entre las obras narrativas y sus adaptaciones siempre resultan incómodas. Considera que Kubrick ayudó a la difusión de la novela al mismo tiempo que creó “perfiles que devendrían en estereotipos”. “Por otra parte, creo que Kubrick fue un lector perspicaz de la obra de Nabokov y supo transmitir los conflictos de todo tipo que habitan la novela sin conformarse con reducirlos a tópicos”, argumenta.

El catedrático afirma que el libro no deja de ser un clásico y que, “como dijo Italo Calvino, clásico es aquel libro ‘que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. Loftus asegura que de haber leído el libro de adulta probablemente no habría realizado The Lolita Cast: “No puedo garantizar que la manera en que entiendo ahora el libro es como siempre lo entenderé”.


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