La difícil empresa del ascenso a Segunda B será en un mes de julio en plena canícula, lo que obligará a estar en un estado de forma ideal después de un confinamiento un tanto oxidante pero que han resuelto con holgura Eneko Rubio. El veterano jugador del Sestao River explica cómo es ahora el día a día. “Exactamente igual que antes. Estoy teletrabajando, conecto el ordenador y estoy hasta las seis. A las seis y media empezamos los entrenamientos. La primera semana lo estuvimos haciendo por grupos y ahora estamos integrados en el grupo. Lo hacemos de la misma forma que antes aunque con las correspondientes medidas de seguridad, como las mascarillas, guantes, geles…”, explica Rubio, satisfecho del estado físico de la plantilla.
“Es verdad que durante todo este tiempo hemos estado trabajando y a partir de una aplicación hemos estado entrenando tres o cuatro veces a la semana. No es lo mismo entrenar en tu casa que entrenar en el campo. Sí que se ha notado, pero la verdad es que hemos estado bastante bien, mejor de lo esperado. Parecía que nos iba a costar un poco más el arrancar pero nos estamos encontrando cada vez mejor”, aprecia.
Bien cuidados
Precisamente el jugador ha mantenido unas pautas que reflejan su personalidad así como la del resto de sus compañeros. “Mi peso está dentro de lo previsto. Nos hemos cuidado mucho. Soy un jugador al que le gusta cuidarse mucho. No ha habido ninguna sorpresa en la plantilla. Todo el mundo ha estado haciendo los ejercicios que le ha mandado el preparador físico y hemos mantenido la línea”, asegura. Con esos cuidados encaran una fase que podría haber sido diferente de haber sido distinta la clasificación final. El Portugalete fue primero, pero el Sestao River entiende que esa plaza le corresponde.
Más que cierto miedo al posible contagio, hay miedo a una posible lesión
“Es un poco desilusionante porque hemos estado prácticamente toda la temporada en primera posición y es cierto que no se han jugado la totalidad de los partidos. En las jornadas que quedaban pendientes había enfrentamientos directos entre los equipos que estaban en primeras posiciones. Creemos que no es justo que se le conceda en función de la última posición de la última jornada. Si no hubiéramos perdido el último partido, hubiéramos estado por encima del Portugalete, pero son cosas que se dan y lo asumimos con toda la naturalidad del mundo a pesar de que es cierto que puede perjudicar”, dice.
A tope
Pero eso ya es historia y ahora no queda otra que asumir una situación distinta. ¿Con cierto temor al coronavirus? “Más que cierto miedo al posible contagio, hay miedo a una posible lesión. Hemos estado en teoría mucho tiempo inactivos. Eso mentalmente te hace pensar que la competición no es igual que el entrenamiento. Lo que tenemos que hacer en estas semanas es prepararnos a tope para ponernos cuanto antes al mismo tono que cuando paramos la competición”, afirma.
Es un rival potente, fuerte, atípico, que sabe muy bien a lo que juega, muy serio defensivamente. Ya hemos jugado contra ellos en dos partidos y no nos resultó para nada mal
Si se cumple ese objetivo no habrá problema para encarar ante el Vitoria “un partido a cara de perro”, frente a un conjunto que por sus peculiaridades será más que complejo. “El rival nos daba lo mismo dentro de lo que tocase. Es un rival potente, fuerte, atípico, que sabe muy bien a lo que juega, muy serio defensivamente. Ya hemos jugado contra ellos en dos partidos y no nos resultó para nada mal”, resuelve.
¡Ojo con el rival!
Aun así, los gasteiztarras serán un incordio, entre otras cosas porque pueden ponerse en forma antes por su juventud. “No es que la cojan más rápido sino que llegan muy bien al final de temporada porque son chavales muy jóvenes. El metabolismo y la condición física hacen que lleguen frescos a final de temporada, pero nosotros somos también un equipo con una media de edad no muy alta, pero con mucha experiencia y en eso les tenemos que ganar para afrontar este tipo de partidos de playoff. Tenemos bastante bagaje como para afrontarlo con total confianza”, confía.
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