Kyrie Irving ha sacudido los cimientos de la NBA con su petición de traspaso y la pronta reacción de unos Brooklyn Nets que pulsaron el botón rojo sin rechistar. Ahora, el polémico base es miembro de los Dallas Mavericks y nuevo compañero de Luka Doncic, aunque durante el breve e intenso período de negociaciones hubo otros posibles destinos, entre ellos Los Angeles Lakers. Allí le esperaba, quizás ilusionado, un LeBron James que no dudó en lanzar un par de mensajes crípticos en estas últimas 48 horas de vértigo.
“Quizás soy yo”, tuiteó el astro de Akron y líder del conjunto púrpura y oro. ¿A qué se referirá exactamente? Difícil de decir. ¿Está molesto con Kyrie, con su antigua franquicia o con la suya, que sigue sin lograr mejorar una plantilla llena de huecos?
Cuando se conocieron las intenciones de Irving, James también acudió a Twitter para mover hilos. En ese momento, apenas hace 48 horas, puso un par de ojos saltones y una corona. Se entendió que buscaba una reunión con Kyrie, su excompañero y amigo en los Cleveland Cavaliers. Y las intenciones del base iban por allí.
Según Marc Stein, uno de los periodistas más reputados de la escena estadounidense, el base prefería la opción Lakers. Joe Tsai, dueño de Brooklyn, no quería seguir esa ruta y tomó otra que, además, le entregó quizás más recursos sobre la pista. “Uno de los supuestos objetivos” del ejecutivo, según Stein, era mover al jugador a otra que no fuera “su destinación preferida”.